Alcácer se queda sin padrinos
Traído por Robert por 30 millones de euros, Valverde no le ve sitio en el equipo. Con 24 años recién cumplidos y hambre de minutos, puede salir en enero.
Paco Alcácer es el único jugador junto al desahuciado Arda Turan y el frágil Vermaelen que no ha viajado con el Barcelona a Lisboa para jugar ante el Sporting de Portugal. Toda una señal. En este momento, el valenciano es un jugador que, pese a su intachable actitud en el día a día, está fuera del foco. Valverde, que le utilizó en los dos primeros partidos de Liga por una cuestión de falta de capital humano (Dembélé no había fichado y Suárez estaba lesionado), ya no le ha dado más minutos. Se intuye que el Txingurri no le ve cabida en el equipo. Menos, tal vez, con la nueva posición más centrada de Messi.
Alcácer fue un fichaje de riesgo en el Barcelona. Después de perseguir sin éxito el fichaje de Dembélé, con un perfil completamente distinto, y fracasar también en los intentos por Vietto y Gameiro, menos polivalentes que el francés pero prototipos de delanteros más flexibles que Alcácer, Luis Enrique y Robert llegaron a la conclusión de que atacarían el fichaje de un especialista de área puro que le diese descanso a Luis Suárez. La elección fue Paco Alcácer, que no se pensó salir del ambiente volcánico que se vivía en Valencia y dio el sí a la negociación. Alcácer acabó en el Barça por 30 millones de euros (más dos millones en variables) pocos días antes de que se cerrase el mercado de fichajes del verano de 2016. En esos días, hasta Lopetegui le demostraba confianza y le convocaba por la Selección. Esa vía murió pronto.
Pese a adaptarse bien a la ciudad y mantener una buena relación con las vacas sagradas del grupo, incluso el tridente, fue invisible gran parte de la temporada. Se enganchó algo al final. Luis Enrique, que le protegió por encima de su rendimiento, le alineó como titular en el Clásico del Bernabéu ante la ausencia de Neymar y le hizo sitio en la final de Copa por la sanción de Luis Suárez. Fue correspondido con un gol. El asturiano hizo esfuerzos por no sacarlo de la dinámica del grupo. Sabía que también estaba en juego su credibilidad y la de Robert. "Es la directiva la que tiene que decidir si soy jugador para el Barça", planteó después de la final del Calderón.
No parece que el adiós de Neymar ni la llegada de Valverde hayan cambiado la situación. Más bien, se divisa un futuro difícil para el jugador, que con 24 años ya empieza a plantearse su futuro. Pese a que no tenía demasiado claro el porvenir después de la pretemporada, prefirió aguantar este verano y darse una segunda oportunidad que es posible que se esté apagando antes de lo previsto. Alcácer, que ya no está ni de lejos en la órbita de Lopetegui en la Selección, corre el riesgo de oxidarse y complicarse su carrera. Lejos de revalorizarse en el Barça, su cotización ha bajado. Dos años sin minutos parecen demasiados para un futbolista de 24 años. Sin Luis Enrique en el banquillo del Barça y con Robert a la sombra de Pep Segura pese a que los dos fichajes del verano (Semedo y Paulinho) parecen haberle dado la razón al de Betxi, Alcácer se ha quedado sin padrinos.