Los Zidane: padre e hijo y nada más
El apellido Zidane llama tanto la atención en Francia que cuando un Zidane se enfrenta a otro Zidane en un estadio de fútbol la expectación es máxima. Nos gusta mucho esta epopeya familiar y, ayer en la conferencia de Prensa, las dos preguntas reservadas en francés se centraron exclusivamente en este reencuentro. Hoy, además, varios medios de comunicación galos se desplazarán a Vitoria para vivir de cerca el momento del reencuentro. Ayer, Zizou se dedicó ante todo a expresarse como técnico del Madrid (más después de la dolorosa derrota frente al Betis) e intentó quitarle importancia a este acontecimiento familiar, pero es evidente que será algo muy especial para él. En el seno de la familia Zidane todo el mundo sabía, empezando por Zinedine, que era hora de que Enzo “cortase el cordón umbilical” y viviese ya su vida personal y profesional, lejos de Madrid y del Madrid y de su confort tal y como lo describió el propio jugador el Alavés.
Una separación lógica que viene bien a Zizou y a su hijo mayor porque sé de buena fuente que, por no ser acusado de favoritismo, el técnico no dio a Enzo todas las oportunidades que su talento y sus esfuerzos merecían, sobre todo en la época del Castilla. Dirigir a su hijo no fue cosa fácil. A final del mes de agosto, aprovechando un día de descanso de la plantilla, Zidane visitó a su hijo en Vitoria y lo hizo como cualquier padre que quiere asegurarse de que está bien instalado y que todo le va bien. Una relación “padre-hijo”, y nada más. Ahora le toca a Enzo destacar con su nombre, ya no con su apellido.