“Estamos al nivel de Nápoles y Juve”. Lo dijo Di Francesco, lo reiteró Monchi, y el Roma lo está demostrando en el campo: el conjunto giallorosso logró ante el Udinese un contundente 3-1 que vale su cuarta victoria en los cinco enfrentamientos que disputó en este campeonato. Su única derrota, ante el Inter, llegó tras un desafortunado partido con hasta tres palos golpeados y una gran primera parte. El mexicano Héctor Moreno, entró en el complemento, para jugar 16 minutos y así tener participación en su segundo encuentro. Los de Di Francesco cerraron el asunto en los primeros 45 minutos, ayudados por la desastrosa defensa friulana. Tras 10 minutos, Nainggolan, desde el suelo, hizo filtrar el esférico por detras de la zaga rival y Dzeko, solo en el corazón del área, batió a Bizzari con el pie izquierdo. Los capitalinos jugaron con tranquilidad hasta encontrar, sin apuros, el segundo: esta vez Dzeko penetró desde la izquierda y con un preciso pase raso cedió a El Shaarawy, que anticipó a Behrami y empujó entre palos. El italiano, antes del descanso, firmó el tercero tras una preciosa rabona de Perotti y un regalo de Larsen, que falló el pase al portero y le regaló al Faraón una asistencia perfecta para el 3-0. En la segunda mitad los locales pudieron administrar la ventaja bajando bastante el ritmo del partido. Los de Delneri intentaron acortar las distancias con Nuytinck, que golpeó el travesaño con un testarazo tras un córner, pero el 3-1 llegó muy tarde, en el 90', con Larsen que sorprendió a la defensa romana y batió a Alisson. Minutos antes, el argentino Perotti había fallado el primer penalti de su carrera en la Serie A (había lanzado y realizado diez), chutando en el palo. Gracias al triunfo, el Roma se coloca a tres puntos de Nápoles y Juventus (que hoy jugarán ante SPAL y Torino), con un partido jugado menos (ante el Sampdoria, aplazado por lluvia). Pensar en meterse en la lucha por el scudetto, con estos números, no parece un despropósito.