Zeke Elliott asume las críticas por su falta de esfuerzo

La semana ha sido dura por Arlington. Los Dallas Cowboys fueron sacados del campo a gorrazos por parte de los Denver Broncos y esas cosas escuecen hasta, por lo menos, la siguiente victoria. Que una cosa es perder y otra ser asfaltado. Sólo uno de los jugadores del equipo, no obstante, ha sido señalado de manera individual porque todos los focos de la crítica se han centrado en Zeke Elliott, el running back titular y una de las grandes estrellas tanto del equipo como de la liga.

Y es que el corredor se comportó de manera muy poco edificante en los cambios de posesión en los que estuvo en el campo. Sobre todo en la intercepción de Chris Harris, a Elliott se le vio por el campo sin tratar de placar al corner back rival que avanzaba con la pelota y, brazos en jarra, se dirigió andando hacia la banda.

Eso es intolerable. Más que hacer ocho yardas en nueve carreras. Más que tener el peor partido que nadie te ha visto jamás, en cualquier división o nivel de este juego, pues lleva siendo una estrella desde que le salieron los dientes y jugaba en el colegio.

Es por eso que los seguidores se cebaron con él y que figuras tan prominente como Ladainian Tomlison, uno de los mejores corredores de la historia y ya todo un Hall of Famer, le atizaran sin duelo. Que así no se puede jugar a este deporte. Que es una falta de respeto a sus compañeros, a los espectadores y al juego en sí mismo.

¿Y como ha reaccionado Zeke Elliott?

Pues, ciertamente, tal y como debía. En vez de echarse al monte y defenderse ha asumido que se equivocó gravemente y que no puede dar carnaza a los críticos con actitudes e imágenes como la que mostró. "Diré que estaba muy frustrado, pero eso no es ninguna excusa para la muestra de falta de esfuerzo que mostré en el vídeo. Simplemente no puedo hacer eso. Ser uno de los líderes de este equipo, una de las personas con las que se puede contar, no me permiten esas cosas. Y lo entiendo. Ese no soy yo, os lo puedo asegurar".

Asunto concluido, pues. El dejar que la frustración te domine y cometer un error en el campo no es algo significativo ni con lo que se deba etiquetar a alguien para siempre. Tras toda la semana aguantando el chaparrón, Zeke bien podría haber cogido el camino de las divas y empezar a soltar excusas a diestra y siniestra, amén de criticar él mismo a quienes osaron meterse con él. No sería la primera vez que vemos algo así. Elliott, por el contrario, no sólo no ha echado gasolina al fuego sino que lo ha apagado. Y, ahora, a jugar el siguiente partido. Bien hecho.