Fallece Jake LaMotta: eterno rival de Sugar Ray Robinson
Se enfrentaron en seis ocasiones y tras la última no fue el mismo. Después de ‘La Masacre de San Valentín’, como se acuñó ese enfrentamiento, LaMotta entró en decadencia.
No había peso medio en los años 40 que no temiese a Jake LaMotta. El estadounidense no destacaba por sus cualidades físicas o técnicas, pero su bravura le costó el sobre nombre de ‘Toro salvaje’. LaMotta batalló con todo el que se le plantó delante, incluso con la mafia, quien le vetó para pelear por el título mundial hasta que accedió a trabajar para ellos. Su última lucha fue con la longevidad, una pelea que perdió este martes a los 95 años tras una neumonía.
El nombre de Jake LaMotta viene aparejado en la historia, siempre, al de Sugar Ray Robinson. Los dos fueron los grandes antagonistas de los años 40 y dejaron peleas que todavía hoy se recuerdan. Fueron seis veces las que cruzaron guantes, LaMotta, sólo ganó en una, pero fue el que tuvo el honor de arrebatar el invicto a Robinson. En las otras ganó, tras épicas guerras, Sugar. Destacando su sexta y última pelea: fue el 14 de febrero de 1951, cerraron una época. “Ningún hombre puede soportar tanto castigo”, se repetía el público, pero tras una brutal paliza LaMotta no besó el tapiz, aunque tras ‘la Masacre de San Valentín’, como se acuñó ese enfrentamiento, LaMotta entró en decadencia.
Su vida nunca fue sencilla. De padre italiano y madre judía, LaMotta tuvo que pelear desde los ocho años para obtener unas monedas con las que su padre podía pagar el alquiler. Después pasó tres años en un reformatorio, donde su vida cambió y el boxeo le apartó de la delincuencia. Aunque los problemas psicológicos que arrastraba le hicieron tener serios problemas con el alcoholismo. Soñaba con ser campeón del mundo, y lo logró, pero antes tuvo que sucumbir ante la mafia. Se dejó humillar ante Billy Fox y cuatro meses más tarde fue campeón. Título que perdió un año más tarde ante su bestia negra: Sugar Ray Robinson. “El toro ha sido domado”, titulaba la prensa estadounidense. LaMotta perdía el título, pasaba a ser leyenda.
Su vida inspiró a Scorsese
No hay deporte tan literario como el boxeo. Eso fue lo que pensó LaMotta, quien decidió escribir su autobiografía cuando se retiró. Su historia encandiló a Martin Scorsese, que la decidió llevar al cine en 1980. Protagonizada por Robert De Niro, narra su ascenso al trono del peso medio y su autodestrucción debido a los problemas derivados del alcohol. La película pasó a convertirse en una de las mejores de la historia, logrando ocho nominaciones a los Oscar, aunque sólo ganó el de mejor montaje y actor.