Griezmann, la historia y la ilusión
Griezmann ya está en la historia del Atlético. Ahora depende del delantero francés que dentro de unos años los atléticos recuerden con cariño que el primer gol del nuevo Metropolitano lo hizo él. Porque Griezmann no puede jugar con la actitud de que le tienen que agradecer el favor de haberse quedado esta temporada. Esa es la impresión que da. Después de sus declaraciones al día siguiente de despedirse del Calderón dejándose querer y dejándose ir, los aficionados colchoneros le cogieron la matrícula. El gol de anoche ya está en la historia, pero de Antoine dependerá que en los próximos años su placa en el paseo de las leyendas sea mirada y tratada con respeto (sobre la de Hugo Sánchez defecaron ayer en un gesto muy desagradable).
El gol de Griezmann fue el colofón a una jornada de emociones para los atléticos. La ilusión con la que llegaban a su nueva casa era contagiosa. Desprendían ese entusiasmo de cuando estrenas algo. Se quedaron impresionados del pedazo estadio que les acogerá en su prometedor futuro. Fue una noche de emociones, de recuerdo a los que no han podido estrenar su nueva casa. Hay que rematar la obra y ajustar los detalles que no funcionaron (hace falta más frecuencia en los trenes del metro), pero el dolor de dejar el Calderón se rebajó al sentarse en la nueva butaca del nuevo Metropolitano. No hubo sorpresas con el himno y los actos de inauguración fueron bonitos, sin estridencias. La presencia del Rey Felipe VI fue un puntazo. El Atlético empezó ayer a reescribir su historia y en este nuevo estadio seguirá campeonando.