EUROBASKET | ESPAÑA 93-RUSIA 85
España gana a Rusia: adiós de bronce para Navarro
España, con Pau y Marc al mando y Sergio de tercer hombre, se cuelga su decimotercer metal en un Eurobasket. Navarro se va con diez medallas.
Los gigantes Gasol, con Sergio Rodríguez de tercer hombre, esculpieron un bronce agónico más para España. Este, un modelo exclusivo con el perfil de Juan Carlos Navarro, la leyenda que deja la Selección manteado por sus compañeros, es un auténtico icono. Pau y Marc, no podían permitir que su amigo del alma se fuera sin colgarse su décima medalla con España, que suma su decimotercer metal en el torneo, el noveno en los últimos diez.
Martillazo a martillazo, España terminó por forzar el candado ruso, que al principio pareció frágil pero dio guerra hasta el minuto 38, concretamente después de un rebote ofensivo de Pau Gasol, que se sacó el último catálogo de trucos que le ha entrado en la tienda. Por aquí, por allá, sus 26 puntos y los 25 de su hermano, además de los 16 puntos de un Sergio Rodríguez extraordinario en este Eurobasket, llevaron a España otra vez al podio. Ganadores y aspirantes al oro siempre, no es lo que vinieron a hacer. Pero su entereza para levantarse del baile de Eslovenia es lo que hace grande al deporte y a este grupo, que mantiene su estatus en la élite con el tercer puesto. Quédense con esta medalla, cada vez serán más difíciles. Ahora porque se va Navarro. Y luego, esperemos que tarde, cuando se marche Pau Gasol.
La Selección, de más a menos
Dubitativa en el inicio en cuartos y semifinales, España salió con una decisión desconocida. Muy pronto mandaba 10-3 con Marc a los mandos. La defensa que planeó Scariolo sobre Shved funcionó. Ricky y Sastre hicieron un esfuerzo de alta intensidad y las ayudas cuando el escolta del Khimki los evitaba fueron excelentes. Rusia, entre dudas y abatimiento por el palo de la semifinal ante Serbia, sumó 13 pérdidas en el primer tiempo. A 1:53 del final del primer cuarto, Marc, un tipo de 2.13, metió una mano celestial para robar un balón a Shved. La acción defensiva decía mucho de la mentalidad de España. Kurbanov se lo llevó por delante y su tobillo se lastimó. Alerta en Memphis. Anotó los dos tiros libres de la antideportiva y se fue con 21-13 al vestuario para ser atendido. Con Pau en el banquillo, Rusia se acercó hasta 21-17. Pau miró a Scariolo, que estaba de espaldas. Como si hubiera una conexión, el italiano se giró y le llamó. Era su momento. Una vez más, la enésima, a su lomo cabalgó España hasta una máxima diferencia de 45-28.
Marc hizo la rueda de calentamiento al descanso. Debió sentirse bien, porque volvió a tomar el relevo de su hermano y, después de los 10 puntos del tercer cuarto, sumó 11 en el tercero. España pareció encarrilar definitivamente el partido varias veces: 62-50, 66-55. Rusia, con Shved en el banquillo, se resistió a caer y, con 74-64, Ricky Rubio cometió su segunda falta antideportiva que le mandó al vestuario. Rusia olió la sangre y se acercó hasta un temible 76-73. Entramos entonces en territorio Gasol. Por aquí, por allá, Pau hizo canasta tras canasta y a 40 segundos del final ya tenía abrazado a su amigo Navarro. No le iba a dejar colgado en el último día. Va por ti, Juan Carlos.