Gana Hamilton, Checo es 5° y suma; Alonso, injusto abandono
Victoria del inglés delante de Ricciardo y Bottas. El mexicano aprovechó la accidentada carrera y sumó puntos. Alonso, perjudicado por un choque entre los Ferrari y Verstappen.
Les sacó a todos, con Andrea Stella a la cabeza, también estaba allí Mark Temple y Will Joseph, sus ingenieros de confianza. Y miraron al cielo. Antes cuando llegaba corriendo del Drivers' Parade se paró un momento en medio del paddock y comprobó que había rayos, algún trueno. Al asturiano se le iluminó la cara y el alma. Se le apareció el podio, volver ahí, al lugar al que pertenece. Lo iba a dar todo. Soñaba ya con una salida bajo la lluvia. Y mientras, en la parrilla de salida, sonaba el himno de Singapur, con Carlos Sainz al lado, Alonso hablaba con su colega madrileño y a los dos se les ponía cara de zorros. Sonrisa de película de miedo.
Alonso salía octavo. E hizo una de las salidas de su vida bajo la lluvia, pasó a Bottas y su Mercedes, a Hulkenberg y el Renault, a Ricciardo y su Red Bull, estaba pasando a Raikkonen y Verstappen cuando el finlandés volvió a perder el control de su Ferrari tras un toque anterior, se va contra el holandés que se lleva por delante a Fernando. El español iba a ponerse tercero solo detrás de Hamilton y Vettel, pero es que además el alemán se va contra el muro una curva después. Alonso hubiera sido segundo en la primera vuelta. ¿Tienen alguna duda de que no se le hubiera escapado el podio? Pero el coche quedó dañado y poco después tuvo que abandonar. Por décima vez esta temporada en la que hubiera sido una de las mejores carreras de su vida. Esa fue la carrera de Alonso, una salida mágica y regreso a la realidad más triste. No suelo, pero habrá que empezar a creer en la suerte. Pongan velas. Blancas. Aromáticas si es posible. Por favor…
Perdonen el inicio, pero creo que Alonso lo merece. Y es que en esto de los deportes, incluso en uno tan matemático con la F1, la suerte, el destino, quizá… existe, importa. O hacer las cosas bien. Porque esta vez Lewis Hamilton se benefició de una mala salida de los Ferrari, ambos pilotos demostraron poca inteligencia en una carrera en lluvia y con Verstappen al lado. Si tienes dinamita cerca mejor no encender una cerilla. Pero con los dos coches rojos y el holandés fuera de carrera, Hamilton se puso líder y sin cometer errores terminó con una nueva victoria y el liderato consolidado, 28 puntos a Seb. Su carrera fue tranquila porque pronto comenzó a sacar tiempo a Ricciardo, segundo final.
El inglés y el australiano han sabido aprovechar sus oportunidades y han demostrado ser muy listos en pista en esta parte del año. Siete podios para Daniel, de momento. En tercer lugar finalmente Bottas. Soñamos con Alonso de manera breve y también con Sainz durante un buen rato. El madrileño se puso cuarto tras el segundo safety car con los neumáticos intermedios, pero después le pusieron el superblando en vez del ultrablando usado de Hulkenberg que lo adelantó en estrategia. Luchó con Checo Pérez durante buena parte de la carrera y era quinto. Pero a pocas vueltas del final hubo otra oportunidad de que el teatro cambiara de escenario. Ericsson contra el muro. Coche de seguridad. Y en Renault que meten a Nico, con problemas. Sainz, cuarto. Nueva pelea con Checo, mirando a lo lejos a Bottas. Cuarto final. Tremendo. Su mejor resultado de siempre, rozando el podio, con un coche que estaba fuera de los puntos en este gran premio en la teoría de los datos y los ingenieros. Se despide de Toro Rosso demostrando que es uno de los mejores pilotos que han pasado por ese equipo.
La carrera terminó por tiempo, no por número de vueltas y lo hizo con la victoria de Hamilton, que tiene una estrella brillando en su alma. Pero algunos españoles recordaremos esa salida de Alonso y que Sainz ya está aquí. Derribando la puerta…