Canelo y Golovkin se ponen serios tras pasar por la báscula

Es difícil hacer una predicción para el combate entre Saúl Canelo Álvarez y Gennady Golovkin. Todo está igualado, hasta el peso. Los dos contendientes tenían el protocolario pesaje. La primera victoria para los boxeadores y ambos firmaron tablas. En el límite del peso medio, 160 libras, pararon la báscula ambos púgiles. Otro dato para sumar a la emoción. Tampoco se verá, a priori, gran diferencia en esa faceta. Más madera para que los nervios crezcan.

Canelo y Golovkin se mostraron muy tranquilos en los instantes previos. El trabajo estaba hecho. El kazajo fue el primero en pesarse, con media sonrisa, mascando chicle y luciendo bíceps tras recibir el OK de los supervisores. Después fue Canelo el que pasó el trámite. Serio, como todos estos días, y también posó para los fotógrafos. Ninguno se fue rápido para el cara a cara, primero se vistieron con calma. GGG aprovechó para hidratarse, se le veía apurado.

Después les juntaron en el centro del escenario. Golovkin borró su sonrisa, plantó su mirada en los ojos de Canelo y así se quedaron ambos. El tiempo se detuvo, se juegan mucho. Después saludaron a los fans y Canelo se despidió con dos ganchos al aire. Hay ganas de boxeo. Ante el micrófono, sólo habló él, "Voy a darlo todo, asumo esa responsabilidad. No le tengo miedo a nadie y estamos a un día de que vean quien es Canelo. Se pueden decir muchas cosas, pero las palabras vienen sobrando y mañana es momento de hacerlo en el ring", espetó confiado. La afición mexicana rompió a aplaudir a su púgil. Todo o nada mañana para Canelo y Golovkin. Ambos quieren la supremacía del noble arte.