El Betis tiene por fin un pivote defensivo 'al uso': Javi García

Casi 1,90 de estatura, buena distribución del balón y ocupación del espacio. Son las características básicas de Javi García, las que mostró en un gran partido contra el Celta de Vigo hace dos semanas. Aunque la idea inicial de Setién era la de colocar a Guardado en ese puesto, con la llegada del murciano el equipo verdiblanco mata dos pájaros de un tiro: deja que el mexicano aproveche sus virtudes un poco más adelante (dio dos asistencias en la segunda jornada) y, además, protege la zona defensiva con un perfil que muchos venían pidiendo hace tiempo y que estuvo a punto de llegar el año pasado con David López, que acabó fichando por el Espanyol cuando parecía ya atado.

Antes que intentar experimentar con Guardado, para esa posición en Heliópolis se ficharon futbolistas de diverso pelo y la mayoría sin convencer. Unos por las lesiones y otros, simplemente, porque no eran pivotes defensivos. Matilla, Lolo Reyes, Rubén Pérez, Nosa, Digard, Petros, Brasanac... N'Diaye mantuvo el tipo y Xavi Torres sufrió una rotura de tendón de Aquiles sólo tres meses después de ser fichado. Nunca volvió a ser el mismo.

Criado en el Real Madrid, a los 30 años Javi regresa a España tras aventuras en el Benfica de Portugal, el Manchester City de Inglaterra y el Zenit San Petersburgo de Rusia. Llega con madurez y galones, de equipos acostumbrados a pelear por cosas importantes, y con el deseo de volver a convertirse en aquel futbolista que ganó cosas con las categorías inferiores y que llegó a debutar y jugar dos partidos con la Absoluta. Y no olvida a la Roja, claro.