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A Villar aún le defiende Lopetegui

Once partidos, ocho victorias, tres empates. Lopetegui tiene a La Roja invicta desde que llegó y es fácil suponer que así seguirá hoy. Heredó un grupo caído en pesimismo, inseguro. Un equipo que aún jugaba bien, pero que al primer contratiempo se desconcertaba con facilidad. Casi con los mismos jugadores recuperó la estabilidad. Las incorporaciones han sido pocas y escalonadas. Aún es reconocible la gran selección de los triunfos, en muchos de sus nombres: Sergio Ramos, Piqué, Jordi Alba, Busquets, Silva, Iniesta... También ellos compartieron aquella inseguridad que duró dos años. Ahora vuelven a formar parte de un grupo que confía.

Así que Lopetegui tiene motivos para sentirse dueño de la situación. Y hasta de la escena, aunque desde su modestia natural no haga alarde de ello. Pero domina la escena. El otro día, tras la victoria clave ante Italia (ese partido nos metió en el Mundial e hizo coincidir varios hechos felices en torno a los nombres de Isco, Iniesta, Villa y Piqué), lanzó un reclamo en favor de Villar, el hombre que le puso ahí. Villar es ahora árbol caído del que hacen leña sus barones, los más de los cuales vivieron prebendas (chuparon del bote) sin reparo. Ahora juntan sus firmas para pedirle que se vaya, en la confianza de que su salida les perpetúe a ellos.

Lopetegui anunció en su comparecencia el día que dio la lista para estos dos partidos que no admitiría preguntas sobre Villar. Muy entendible. Luego, tras la victoria de Italia, se permitió la licencia de lanzar al ilustre reo un mensaje de cariño. Para mí estuvo de más. Me pareció ventajista aprovechar la circunstancia, tanta prensa ahí, tan feliz, tan ávida de hablar de otras cosas... Sacó a colación un tema sucio en una noche limpia que iba de otras cosas. Pero, con todo, su mensaje tramposillo de solidaridad con el reo me parece mejor que la forma en que sus beneficiarios de tantos años le niegan y piensan sólo en salvarse.