Holden, el primer afroamericano que jugó con Rusia
Nacido en Pensilvania, el base que tumbó a España en el Eurobasket de 2007, consiguió su pasaporte con la intervención de Vladimir Putin, seguidor del CSKA Moscú.
Más que el final de la Guerra Fría, lo de John Robert Holden (Pittsburg, Pensilvania, 10-8-1976) con Rusia fue la confirmación de la era de la globalización. Holden fue la pesadilla de la España de Pepu en el Eurobasket de 2007, el hombre cuya canasta de media distancia a dos segundos del final tumbó a la campeona del mundo cuando los periodistas ya tenían sus credenciales colgadas (“Campeeñes”, se leía) para la ruta de celebración.
Holden, en fin, fue el primer estadounidense y también el primer afroamericano en jugar con la selección rusa (los africanos Adamou y Keiru lo hicieron en categoría junior) gracias a la intervención incluso de Vladimir Putin, hincha convencido del CSKA. Putin emitió un decreto expreso para nacionalizar a Holden apoyado por el presidente del CSKA, Sergei Kushchenko, el alcalde Moscú, Yuri Luzhkov, y el Comité Olímpico Ruso. Holden encontró así una puerta a la élite y a las selecciones nacionales que parecía haberse cerrado cuando se graduó en la universidad de Bucknell. Sin carrera en la NBA, aceptó la propuesta de un intermediario finalndés que le pagó 500 dólares para que hiciera una prueba en el Broceni de Riga. Consiguió firmar un contrato de 3.000 dólares mensuales. Luego fue creciendo: Ostende, AEK de Atenas y CSKA. Su momento de gloria, aquella canasta en el Palacio que valió un Eurobasket.