Coke: "El teatro fue mi liberación cuando no jugaba en el Sevilla"
Llegó al teatro por Google en su primer año en Sevilla. Seis años después es productor de una obra, ‘La asamblea’, que ha arrasado en Sevilla y Málaga.
Coke Andújar, de profesión futbolista... Y productor de Andolini Producciones, empresa de teatro en Sevilla...
-¡Sí (risas)! La culpa la tiene Sergio Rodríguez, mi profesor de teatro. Me llamó un día para contarme que iba a presentarse al ciclo de teatro romano en Andalucía con una obra que se seleccionó para Málaga y Sevilla. La parte creativa es toda suya. Mi acción es pasiva, aportar mi granito de arena. El mérito es suyo. Bueno (ríe)..., ¡en realidad delego todo en él!
-¿Y de qué va la obra?
-Es una comedia musical adaptación de La asamblea de mujeres. Muy divertida. Sergio hace cositas independientes, muy chulas.
-¿Y cómo un futbolista de élite termina en el mundo del teatro? A muchos les resultará, cuanto menos, raro.
-Mira, todo fue en mi primer año en Sevilla... Me aburría un poco. Ir siempre a los mismos restaurantes, a los mismos sitios. Entonces, un día, puse en Google: “Cosas interesantes que hacer en Sevilla”. Así di con una librería que se llama Un gato en bicicleta que hace talleres de lectura, conciertos, teatro..., y a raíz de ahí...
-¿Qué pasó?
-Pues que me metí en un curso de iniciación al teatro.
-¿Y podía compaginarlo?
-Sí. Era todos los lunes, por la tarde. Diez, doce personas.
-¿Y le conocían? Porque, claro, usted era jugador del Sevilla.
-Algunos sí, otros no.
-¿Le decían algo los que sí? Algo tipo: “¿Y qué hace un futbolista aprendiendo teatro?”.
-(Ríe) No. De hecho, para mí, era una liberación. Los lunes eran mis días de evadirme de todo, estar con gente que no me preguntaba de fútbol, no hablar de fútbol. En mi segundo año en el Sevilla, al principio, fue una época en la que yo no jugaba y estar allí, con ellos, me ayudó mucho para no pensar en mi situación.
-¿Alguna vez actuó ante el público?
-¡Nooo! Siempre decíamos: “Vamos a hacer alguna cosilla”. Pero al final nunca salió estando yo allí. Me hubiese gustado.
-¿Su obra de teatro favorita?
-Soy de comedia musical. Hay muchas. Recuerdo sobre todo el de Mecano. ¡Fui a verlo diez veces! Las diez me encantó.
-Confiese: ¿le acompañó algún compañero del Sevilla alguna vez a los ensayos de teatro?
-Alguno se venía sí... ¡Pero a la cervecita de después! (ríe). Yo iba contando al vestuario lo que hacía y se reían de mí, pero luego a la cerveza de después siempre se apuntaban...
-Por ejemplo...
-Manu del Moral, por ejemplo. Fue uno de mis más grandes apoyos mi primer año en Sevilla y se venía, se venía sí, pero lo dicho... ¡a la cervecita!
-¿Le molesta que haya quién considere el mundo de la cultura y el fútbol agua y aceite?
-No, no me molesta. Deporte y cultura no están reñidos. Los futbolistas, como todas las personas, tienen sus gustos. A algunos les gustan los conciertos o el teatro y a otros no. Yo no soy filósofo ni leo diez libros al mes. No tengo por qué para que me guste la cultura.
-¿Qué es lo que más le llama la atención del trabajo de Sergio?
-Lo que sufre para sacar sus obras adelante. Lo mal que lo pasa por hacer algo muy bonito.
-¿Ha visto ‘La Asamblea’?
-¡Nooo! Justo cuando empezó a representarse yo comenzaba la pretemporada con el Schalke.
-¿Pidió que le dieran algún papel?
-Bueno... ¡Sí! ¡Que me pusieran de árbol! (ríe). Para árbol sí estoy, sí puedo ponerme delante de la gente. No tengo que hablar... (ríe).
-Bueno, en el fútbol también se pone delante de miles de personas...
-Sí, pero yo voy al balón. Yo no tengo que hacer ni reír ni llorar, sólo eso, jugar. Hacer teatro es más difícil.