Agridulce tarde-noche para Bale

Gareth Bale tuvo una noche agridulce con Gales. La selección de Coleman ganó para seguir soñando con Rusia, pero el crack del Real Madrid tampoco logró ser profeta en su tierra. El encuentro ante Austria era un todo o nada para su país. El empate o la derrota suponía decir virtualmente adiós al Mundial y los galeses esperaban más que nunca la mejor versión de su ídolo para seguir soñando.

Los 32.633 aficionados que se dieron cita en Cardiff arroparon al madridista con aplausos como respuesta a los recientes pitos recibidos en el Bernabéu. Coleman le dio libertad para moverse por el frente del ataque y volver a ser el futbolista desequilibrante que maravilló en la Eurocopa. Todo parecía hecho a medida para que se reencontrara con su mejor versión, pero no logró responder a la expectativas. Pasó inadvertido durante la primera mitad y su mejor acción tras el descanso fue para evitar un gol del rival. Quiso, pero no pudo y para colmo vio cómo Woodburn le apartaba de los focos al marcar el gol de la victoria. Esta vez no fue Asensio ni Isco, sino un canterano del Liverpool de sólo 17 años. Bale no se discute aún en Gales, pero su país necesitará más de él para ir a Rusia.