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ESPANYOL

Los dos veranos en los que Isco fue futbolista del Espanyol

Casanova llegó a un acuerdo con la familia cuando tenía 10 años. Seguiría en el Benamiel, jugaría los torneos con el Espanyol y ficharía con 13 años.

BarcelonaActualizado a
Isco, el niño de la derecha que está en cuclillas.
ALBERTO MARTINEZ

Entre las localidades de Arroyo de la Miel y Benalmádena, en el núcleo de la Málaga más turística, de sol y playa, hay un club de notable tradición en el fútbol base llamado Atlético Benamiel. Allí fue donde el excoordinador del Espanyol, José Manuel Casanova, quedó prendado de un niño de apenas 10 años que respondía al nombre de Francisco Alarcón, Isco. Su club tenía un convenio con el Espanyol, que siempre intentó al comienzo de la época en Sant Adrià tener ojos en media España. El talento de Isco no pasó desapercibido, y Casanova viajó hasta Arroyo de la Miel para hablar con los padres de este portento.

Una vez allí, el Atlético Benamiel, el Espanyol y los padres de Isco negociaron. A tan corta edad, el Espanyol no acostumbraba a que los jugadores abandonaran su hogar, por lo que llegaron al siguiente pacto: Isco seguiría tres años más en su club y el Espanyol le daría una pequeña cantidad (simbólica) a la familia del jugador con el compromiso de que en este periodo no iría a otro club que fuera el Espanyol. Dicho y hecho.

Además, en el convenio había otro cláusula. El Espanyol podía utilzar a Isco una vez finalizase la competición regular, con tal de que los torneos de verano sí los jugase con los que, en un futuro próximo, iban a ser sus nuevos compañeros. La fotografía que se adjunta en este reportaje corresponde a un torneo en Ontinyent (Valencia), en la categoría de Alevín A, donde hay otros pericos que han llegado a Primera y que ahora son rivales de Isco, como el bético Jordi Amat o el goleador blanquiazul Gerard Moreno.

Finalmente, los padres se fueron al Valencia

Isco ya llamaba la atención pese a ser uno de los jugadores más bajos de su generación. “Casanova ya tenía claro que este chico iba a llegar a la elite”, comentó Lluís Planagumà, que por aquel entonces recuerda también esta historia al ser una de las patas importantes del fútbol base.

Durante dos veranos, Isco fue perico. Pero llegó súbitamente la temporada en la que Isco pasó a ser Infantil A. Como habían acordado tres años antes, Casanova presionó a los padres del jugador para que viniera al Espanyol, pero la madre, en especial, se negó. Se excusó en que era demasiado lejos y el niño, aún pequeño. El excoordinador perico pudo comprobar cómo, en cuestión de unos meses, el Valencia lo fichó pagándole una buena suma de dinero.

En este caso, las circunstancias familiares no quisieron un Isco perico. Pero ahí estuvo, otra vez, Casanova.