Kershaw devuelve la normalidad a los Dodgers con su regreso
La primera actuación del mejor pitcher del mundo tras caer lesionado el pasado 23 de julio vuelve a llenar de optimismo a los angelinos.
Los Ángeles Dodgers están realizando una campaña de esas que quedan en los anales del deporte y más concretamente del pasatiempo nacional. Convertidos en la apisonadora moderna en las Mayores, los chicos de Dave Roberts han sido capaces de sobreponerse a la adversidad y han manipulado como pocos las ventajas que te ofrece la lista de lesionados a la hora de gestionar un fondo de armario que es la envidia del resto de la competición.
Sin embargo, ese tiempo de tranquilidad y calma que antecede a la tormenta o playoffs acaba de quedar definitivamente atrás con el regreso del mejor pitcher de este universo (o cualquier otro) y uno de los mejores de todos los tiempos en Clayton Kershaw.
El regreso del zurdo a los montículos de las Grandes Ligas ha supuesto el espaldarazo a las opciones finales de unos Dodgers que han visto como en las últimas fechas han sido capaces de recuperar, tras ausencias más o menos prolongadas, a Cody Bellinger y Adrián González y que volverán a contar con el refuerzo de Alex Wood para su rotación en un plazo breve de tiempo.
Un rival conocido
Si había un adversario propicio para el texano ese no podía ser otro que los San Diego Padres, club inmerso en su particular reconstrucción, y al que había permitido una carrera o menos en sus seis últimas actuaciones.
Aunque estuviese limitado a un número concreto de lanzamientos, Kershaw estuvo quirúrgico a lo largo de sus seis entradas en las que concedió apenas un par de singles sin mayor trascendencia y siete strikeouts en un triunfo particular que le sitúa ya con 16 triunfos y una racha de 12 victorias consecutivas, que es algo que únicamente está a su alcance… y nadie más.
Lo que es más importante, aparte de comprobar que su recta, slider y curva tenían tanta vida como antes de su último percance en la espalda, es que el pitcher era una máquina de lanzar strikes y los logró en un 75.7%, que es la tercera mejor marca de su carrera deportiva, sin encontrar rastro de sus molestias.
Y más todavía si contamos que cuando cayó lesionado en su duelo contra los Braves, Clayton andaba inmerso en una de las rachas más dominantes de su extraordinaria trayectoria en la MLB, habiendo dejado atrás sus dificultades con el home run en el año en el que más se están consiguiendo.
Si incluimos aquel partido contra los Mets en el que permitió cuatro home runs y ya acumulaba 17 en la presente temporada, el zurdo (aún) ha sido capaz de mostrarse más inabordable, permitiendo una media de bateo de .105, un home run y una habilidad para lograr el swing y fallo que casi rozaba el 50%. En resumen, no había quien le tocara.
En definitiva, números de videojuego, que son los que pone este jugador que aspira a unirse a otro zurdo legendario como Sandy Koufax como los únicos en la historia a la hora de encadenar cinco años consecutivos con una ERA de 2.00 o menos.
Un trabajo por delante
A pesar de todo lo anterior, el objetivo de Kershaw es claro y es ser el abanderado de los Dodgers en octubre, fecha en la que se le ha achacado su falta de resultados. Sin descartarle de la lucha por el Cy Young y un hipotético año con 117 triunfos para su club, ambos aspectos que habrá que tratar un poco más adelante aunque no pinta bien, sus cuentas pendientes no son tanto con octubre sino con su fatídica séptima entrada en playoffs, donde registra una ERA de 25.20, con una pizca de mala suerte y mal rendimiento por parte de sus relevistas, mientras que durante las seis primeras entradas presenta una efectividad de 2.78.
Resaltar la importancia de Clayton Kershaw para Los Ángeles Dodgers es una obviedad se mire por donde se mire, pero hay que destacar que han sido capaces de presentar una marca de 23-10 durante su ausencia, que es la mejor en las Mayores, y los angelinos han ganado 20 de 22 partidos cuando lanza el texano.
Si eso no es ser fundamental para un equipo, hay algo que falla.