Plan de paz para Piqué en la final del Bernabéu ante Italia
Asensio podría ser falso nueve en un duelo crucial. Hasta el ministro del ramo pide al Bernabéu que no pite al central catalán (21:45, Cuatro).
Era esperado y hasta temido. En un mano a mano con Italia está la llave del Mundial, tras entretener la espera con partidos ante Albania, Israel, Macedonia y Liechtenstein, selecciones honorables que se confunden con el paisaje del ránking FIFA (entre el puesto 63 y el 190). El partido, en cualquier caso, llega en condiciones muy favorables: será en el Bernabéu, que el jueves agotó las entradas tras venderse 52.000 por Internet en 24 horas, y con un empate soplando a favor. El goalaverage general se inclina del lado de la Selección por +18 a +14 (sigue el partido en directo en AS.com).
Pero el partido inquieta, porque hay días en que España remolonea con el gol, más con la ausencia de Diego Costa. Dos seleccionadores, 1.167 días y 34 partidos después, se ha vuelto a la casilla de salida: Villa. No parece la primera opción, pero su convocatoria prueba cierta desconfianza en lo que llega, al margen de un reconocimiento a quien le puso el cascabel al tiquitaca. Morata ha metido nueve goles en 20 partidos con España, pero no ha acabado de consolidarse. Y a Aspas se le ha echado el tiempo encima. Debutó con 29 años y sólo ha jugado un encuentro como titular.
Así que conviene hacer reposar el equipo en sus centrocampistas, dos de ellos, Isco y Asensio, en maniobra de despegue vertical. Especialmente el segundo, gran estrella de la Sub-21 pero que sólo ha jugado tres ratitos (115 minutos) con Lopetegui. Ahora está tremendo. Viene de meterle dos goles al Valencia y de echarse al Madrid pluricampeón al hombro. Y juega en el Bernabéu, de donde salió aclamado hace seis días. Parece difícil no hacerle sitio. Lopetegui duda en ponerle de nueve de señuelo y rodearle con Iniesta, Silva o Isco o sacar un delantero de referencia.
También es figura central del partido Piqué, para el que se ha pedido tregua en bien de una causa mayor. “Pitarle a él es pitarnos a todos”, resumió Carvajal. Hasta el ministro Méndez de Vigo rogó contención a la hinchada blanca.
Una Italia con cuatro delanteros
Italia, el rival más repetido de 1920 a nuestros días (36 duelos), de Zamora a De Gea y de Pichichi a Villa, ha ido de palo a palo. Con Ventura, apodado Mister Lujuria (debido a su frase más notable: “Yo entreno por lujuria”), ha acentuado el cambio de registro hasta llevar el 4-2-4 con el que revolucionó el Bari hasta el equipo nacional. Esta semana ha ensayado con el más recatado 3-4-3, pero la baja de Chiellini puede permitir que retome su idea inicial: un cuerpo de ejército en vanguardia con Candreva, Immobile, Belotti e Insigne.
Ventura ha metido fuego en las venas de Italia, un equipo a su imagen y semejanza. “El estrés sale conmigo cada mañana en el coche. Sin él se me pone dolor de cabeza”, asegura. Genovés, dirigió a 17 equipos antes que la azzurra y no llegó a la Serie A hasta cumplir los 50 años. Lo ha visto todo o casi todo y le ha cogido el aire a Italia, después de un nombramiento discutido (se casó y fue nombrado seleccionador a la misma edad, 68 años). Sólo ha perdido uno de los diez partidos que ha dirigido (un amistoso ante Alemania).
También trae su Asensio bajo el brazo, el joven Andrea Belotti, delantero del Torino con una cláusula de 100 millones, que metió 28 goles en 38 partidos el curso pasado. Admirador de Shevchenko, extremadamente religioso y apodado El Gallo por simular con su mano una cresta en la celebración de sus goles (“de chico perseguía a las gallinas y un amigo me propuso festejar así”), trae toda la pólvora de Italia. Cuatro goles en nueve partidos en un equipo nacional que mezcla jóvenes y veteranos y que se amarrará al Bernabéu con Verratti y De Rossi. La ventaja y el peligro están en el mismo punto: necesitan ganar.
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