El partido que necesitaban los San Francisco 49ers

Durante once posesiones el ataque titular de los Minnesota Vikings estuvo sobre el campo frente a la defensa pata negra de los San Francisco 49ers en el tercer partido de pretemporada que ambos disputaron ayer. Durante once posesiones el grupo de jóvenes a medio formar, talentos por explotar, atletas individuales sin mucho sentido conlectivo y bestias indómitas que conocíamos por hacer la guerra por su cuenta, se comportaron como una defensa de la NFL. Durante once posesiones los Minnesota Vikings titulares anotaron la asombrosa cifra de tres puntos.

Nada más alejado de mi intención que dar valor a esos puntos, pues un partido de pretemporada de la NFL tiene interés, vaya sí lo tiene, e importancia, pero ninguna de las dos cosas está en el marcador. Ni parcial ni total. Lo que trato de decir es que el trabajo en marcha de los San Francisco 49ers está dando sus frutos, poco a poco, y que ayer se vio algo que tiene que tener a sus gestores y aficionados con un muy notable aumento de ilusión.

Porque los San Francisco 49ers jugaron ayer un muy buen partido de football, y eso es algo que llevaban un tiempo sin poder decir. Ni en pretemporada ni cuando el marcador ya cuenta.

He empezado por la defensa porque es lo más importante en este proyecto en este estado de maduración. Kyle Shanahan llega al equipo como gurú ofensivo, correcto, pero su trabajo es construir un bloque ganador desde la defensa. Y resulta que en los drafts de los últimos años, y en éste en el que él ya ha estado presente, y mandando, lo que ha dirigido los esfuerzos de todos es el construit una unidad que sostenga al equipo, que ya habrá tiempo de fuegos artificiales.

Y, en ese sentido, Solomon Thomas, DeForest Buckner y Arik Armstead han de conformar una línea defensiva aterradora. La línea ofensiva de los Vikings sufrió una barbaridad, lo que hizo que Sam Bradford estuviera mucho m ás preocupado por sobrevivir que por jugar al fútbol americano. Nada nuevo en la franquicia, por cierto, y algo que puede hundir su temporada: la OL de Minnesota es atroz. Que no reste eso ilusión en los 49ers con sus jóvenes talentos en ese lado de la trinchera.

Mención aparte merece Reuben Foster quien, por detrás de ellos, protagonizó algunos de los mejores placajes y golpes de la noche. Cada snap que pasa en el campo más evidente es que se debe convertir en el líder del grupo y en un digno heredero, ojo, paralabras muy mayores, de Patrick Willis.

Y si la defensa estuvo soberbia, el ataque estuvo juguetón. Juguetón al estilo Shanahan, que a algunos nos vuelve locos. Con un uso del fullback, Dios lo bendiga, que hace de este juego algo estéticamente superior. Sí, eso es sólo una opinión, pero qué placer ver el desarrollo de esas jugadas de puro poder, con todos bloqueando a campo abierto y Carlos Hyde pareciendo el running back que creímos que podría ser.

El más beneficiado, a nivel estadístico, es, será, Brian Hoyer. El quarterback, en un entorno maravilloso para cualquier pasador, pues el sistema es una delicia, empezó con un nueve de nueve en pases, 152 yardas y un par de touchdowns, con una preciosidad de 46 yardas a Marquise Goodwin y algún momento de brillantez encontrando a Pierre Garçon.

Equipo en construcción. Nada de echar las campanas al vuelo. Sólo es pretemporada. Todas las frases anteriores son verdad. Como es verdad que los San Francisco 49ers necesitaban un partido así para reivindicarse en el lado de la ilusión y la idea de que van en el camino que deben.