Vender para comprar más lobos
El año pasado Quique echó mano de una de sus frases de cabecera para deleite de los plumillas, acostumbrados al festival de tópicos, muletillas y bostezos que suelen constituir las ruedas de prensa de los jugadores. Lo hizo citando a Kipling, con aquello de “la manada es la fuerza del lobo y el lobo es la fuerza de la manada”. Viene a colación, porque la fuerza de este Espanyol es sin duda su grupo, pero también es verdad que nuestra manada no anda sobrada de machos alfa. El salto de calidad que se pretendía necesitaba de al menos tres fichajes de nivel que no se han producido por el momento en este mercado. Pero el grueso de la manada sigue ahí y hay que rezar para que conserve la ambición que la dirigencia del club parece haber puesto en el congelador. ¿Serán capaces de superarse si nadie les exige? Ojalá lo hagan.
Esta semana, los rumores sobre Aarón invitaron a reflexionar sobre todo esto. El Espanyol necesita vender para crecer, y ahora ninguno de sus jugadores es tan importante como reforzar al grupo, a la manada de la que hablaba Quique. Los jugadores son activos del club que hay que saber retener o intercambiar en función de las necesidades. Los clubes a los que queremos parecernos no tienen futbolistas intocables. Todo debe estar en venta, excepto el sentimiento de una afición que vuelve a casa ávida de victorias. Al final es lo que cuenta.