20.000 irlandeses tras McGregor, su 'working class hero'
McGregor, el chico que salió del conflictivo barrio de Crumlim (Dublín) dejando la fontanería para triunfar en las MMA es una celebridad al que apoyan hasta U2.
Según medios irlandeses, hasta 20.000 compatriotas de Conor McGregor estarían estos días animándole en Las Vegas. Unos irán al T-Mobile pagando entre 500 y 10.000 dólares. Otros, lo verán en la fan zone del Hotel Artisan, que ha montado una fiesta por 190. McGregor es su particular ‘working class hero’, el chico que salió de Crumlin, un barrio de Dublín que, según describió el escritor Brendan Behan, “se come a sus jóvenes”. Hacia el año 2.000, una guerra de clanes se cobró 16 muertos. Y muchos se entrenaban en el Crumlin Boxing Club donde comenzó Conor hasta que dio con su entrenador actual, además de equilibrista emocional, John Kavanagh.
McGregor, de 29 años, tiene ahora una casa en el K Club de Kildare, sede de la Ryder en 2006, y un barco atracado en un puerto cercano a la residencia de Bono y The Edge, de U2 (fans suyos, por cierto) que ha bautizado como 'The 188', la cantidad semanal de dinero que recibía del subsidio hasta que comenzó a ganar en el octágono. Antes, había dejado un incipiente oficio de fontanero que le hubiera mantenido atado a Crumlin. Tras proclamarse simultaneamente campeón del pluma y el ligero de la UFC, compró un BMW a su padre y pagó la hipoteca de la familia.
Pero hace diez años, The Notorius no era nadie. Ni las MMA nada en Irlanda. Entró en el modesto gimnasio de Kavanagh para aprender a defenderse en un entorno difícil y de allí acabó saliendo una superestrella tras fichar por la UFC. De no ser bien vistos por los medios, por la dureza intrínseca de las MMA, a que se llevara al Parlamento una moción para poner su cara en las monedas de euro.
Es rico, pero sigue atado a sus raíces. El combate con Mayweather lo comenzó a preparar en un gimnasio de boxeo que Kavanagh instaló en un taller de coches abandonado de Dublín. Allí, su técnico hizo que pintaran un mural en el que se le ve noqueando a ‘Money’. Luego, se trasladó a Las Vegas a rematar su campamento. Con él, su novia de siempre, Dee Devlin, y su pequeño Conor Jack, que nació en mayo.
“Amo Crumlin, te convierte en una persona fuerte”, cuenta McGregor, que sigue visitando el barrio. El hombre más terrible del mundo, que quizá lucha por no volver a donde salió.