Luis Suárez está crispado: sólo lleva un gol en este verano
En 313 minutos de juego, únicamente le marcó al Chapecoense. Rakitic, Deulofeu o Denis Suárez han sido víctimas de sus aspavientos.
En 223 minutos amistosos y 90’ oficiales, Luis Suárez sólo ha marcado un gol este verano con el Barcelona. Un balance pobre para un depredador del área como el uruguayo que tal vez explique sus comportamientos, algo crispados, en los dos partidos que el Barça ha jugado en una semana en el Camp Nou. A Suárez, que se vino seco de la gira estadounidense sin marcar en Nueva York, Washington y Miami, ya se le vio algo crispado en el Gamper. Pese a no ser más que un amistoso ante el Chapecoense, persiguió el gol con demasiado celo hasta que lo encontró en la segunda parte, con detalles de cierto egoísmo que no se le habían visto en sus tres temporadas anteriores en el Camp Nou.
Su perfil arisco se extremó en el partido ante el Madrid. Para empezar, no estuvo fino con el balón. Le faltó último toque en todas las penúltimas acciones. El gesto del penalti tampoco gustó a los jugadores del Madrid, que consideran que no es la primera vez que intenta engañar a un árbitro. Pero lo que sorprendió más de Suárez, un jugador bien considerado por el grupo, fue su recital de aspavientos contra compañeros. Ya en los primeros minutos se quejó de que Rakitic no le pusiera un balón al espacio cuando el croata se abstuvo porque se había metido en fuera de juego. Sus víctimas preferidas fueron Deulofeu y Denis, al que ignoró con 1-1. Prefirió un balón cruzado que no era centro ni tiro. Lejos de contagiar al grupo con su garra como otras veces, lo desquició. Pareció por un momento sentirse sólo cómodo con su inseparable Messi.
Los números de Suárez en el Barça son incontestables. Renovado hasta 2021, ha marcado 121 goles y ha dado 70 asistencias en 147 partidos, una Bota de Oro incluida en la temporada 15-16. Es difícil acostumbrarse estos días, sin embargo, a ver a Messi y Suárez sin Neymar. La despedida de ambos a través de las redes sociales, y las reacciones de compañeros como Busquets o Piqué en los últimos días hablan de un jugador con peso futbolístico y carismático. Seguramente Suárez no se haya hecho aún a la idea del adiós del brasileño, pero el Barça le necesita más centrado que hasta ahora.