La cara B del Atleti sí que gana
Un gol del canterano Juan Moreno dio la victoria por la mínima a los rojiblancos frente al Leganés. Debutó Mollejo, de 16 años.
Se terminó el verano para el Atleti. El verano del castigo FIFA, el verano sin fichajes. Se acabó en una mañana de sábado en Leganés. A las 10:30, hora intempestiva para el fútbol, catorce horas después, sólo catorce después de Getafe, ahí estaba de nuevo, sobre la hierba. Tan distinto, sin embargo.
Aquellos titularísimos, estos menos (salvo Godín, que no jugará en Girona por sanción), pero con Saúl, al fin de vuelta. Volvió y jugó en el centro, con Thomas, porque Simeone en su división de Atléticos se había quedado sin nombres del primer equipo y Augusto debía ser central, junto a Godín. En su once, también tres canteranos: Sergi, Keidi y Juan Moreno. El último acaparó los focos. Los del césped, los del gol.
El partido comenzó como si aquel de Butarque de hace un año no hubiese terminado. Con un Leganés vertical y alegre, decidido y un Atleti, desdibujado en los cambios, la hora, de sábanas pegadas. Mientras despertaba, se defendía. Sabe. Con Godín más. Todos los balones del Lega terminaban en él, como si tuviera un imán. En el 14' ya había salvado: se había colado Pirés en el área y Godín le sacó el balón bajo palos cuando Butarque ya cantaba gol.
Su Lega seguía mejor, asentado sobre las botas de Szymaniski, el ojo de Pirés y los desmarques de Guerrero. El último era un tormento. Y casi lo lleva al marcador en una jugada en la que Godín y Moyá no se entendieron, le faltó una pizca de reprís. En el Atleti a Saúl se le notaba falto de ritmo, Correa cojeaba y sólo Juan Moreno parecía poner ganas. Y seguía la sequía de disparos a puerta. 135 minutos a cero ya. El descanso llegó tras su último disparo al aire, después de una buena carrera de Vietto. Mientras volvía el partido, en la tele un vídeo recordaba los mejores goles de Agüero en el Atlético. Hurgar en la herida se llama.
De la caseta surgió otro Atleti. Simeone lo ordenó, sacando a Keidi, metiendo a Rafa Muñoz y devolviendo a Augusto a su sitio, el centro. Enseguida se palpó: carrera de Vietto (bien), disparo al portero (mal). Primer remate entre los tres palos del Atlético en partido y medio. Algo. Tan mínimo, pero algo. ¿Señal? Ninguna. Porque Godín se despistó un segundo y Guerrero trató de aprovecharlo, esta vez con un disparo que repelió bien Moyá. Sin que los de Garitano asediaran, ya era con Godín el mejor.
Porque el Lega podía jugar su mejor partido de la pretemporada pero su resultado era idéntico al de un Atleti sin remates. Cero, cero. Y el Atleti no es equipo que desaproveche las balas. El de Juan Moreno fue su segundo remate entre los tres palos y, claro, éste fue dentro. Sólo tuvo que recoger un centro de pecho de Vietto en el área y definir a matar ante Cuéllar. Sí. Tan fácil eso que a veces tanto cuesta.
El Atleti jugaba sus mejores minutos con dominio, peligro y cantera. Debutó Mollejo. 16 años, 35 a la espalda, Butarque, el mismo principio que aquel Niño pecoso a principio de siglo. A ver cómo sigue la suya. Ayer tuvo una oportunidad a cuatro del final, con un desmarque exquisito. El Leganés, sin físico, con calambres, seguía encontrándose al final de cada jugada con la cabeza de Godín, o el torso, o la espalda, o lo que sea, siempre en medio, salvando. O al remate, alma de central que primero fue delantero. Don Diego, qué Faraón. Lo buscó en la última del partido, falta lanzada por Sergi, justo cuando Del Cerro Grande pitaba el final del verano del Atleti. Hay ganas de Liga, de ver cómo crece a lo largo del año todo esto que se plantó (Sergi, Keidi, Thomas, los objetivos) en este verano de 2017. El de la FIFA, sin fichajes, el verano invicto.