El Barça se abre frentes hostiles en media Europa
El calendario hasta septiembre, fecha en la que se cierra el mercado de fichajes, es una cuenta atrás que empieza a pesar como una losa para la dirección deportiva del Barcelona. La marcha de Neymar al París Saint-Germain cogió a los directivos culés desprevenidos, sin tener controlado el mercado. Obtuvieron 222 millones de euros cobrados ayer, pero con todos los equipos de Europa que tienen jugadores susceptibles de ser tocados por el club blaugrana en estado de alerta. Y ante esta situación, el conjunto blaugrana está dando tumbos en un mercado en el que nadie cuesta menos de 100 millones. Los 222 que parecían un negocio redondo por Neymar se antojan ahora insuficientes para reconstruir el proyecto con figuras de primera línea mundial.
Ante la negativa de los equipos a los que el Barça ha preguntado por sus estrellas (es decir, el Liverpool y Coutinho y el Borussia Dortmund y Dembélé) la táctica de la junta blaugrana ha sido la misma que ellos sufrieron cuando el PSG fue a por Neymar. Convencer al jugador primero y luego forzar al equipo a desprenderse de ellos. A los franceses les funcionó con el Barça (que a su vez había intentado lo propio con Verratti), pero a Bartomeu y sus ejecutivos les está costando más de lo previsto llevar el agua a su molino. Y eso tiene un precio en las relaciones institucionales del club blaugrana, que está siendo masacrado por la Prensa de Alemania e Inglaterra y se está ganando enemistades en media Europa.
Nada nuevo. En el Barcelona aseguran sin que les falte la razón que no están haciendo nada extraordinario. Grandes equipos han ido a por jugadores de otros menos potentes toda la vida. Sin ir más lejos, el Dortmund se enoja con el Barça por hacer exactamente lo mismo que ellos hicieron con el Rennes con Dembélé hace sólo un año.
Pero la memoria es frágil. La Prensa alemana acusa al Barcelona de desleal y de torpedear al Borussia y la inglesa, con el técnico Jurgen Klopp a la cabeza, también echan pestes de un Barça que ya les fichó de esta forma hace siete años a Mascherano. Inauguradas las hostilidades con el Dortmund y el Liverpool, acabe como acabe el relato de ambos fichajes, éstas se suman a la rivalidad con el PSG. Está claro que el Barça no hace amigos en verano.