Barcelona 92: Fermín Cacho y el fútbol, oros de lujo
El soriano venció en Montjuïc en un 1.500 de final trepidante. Kiko metió el gol de la victoria frente a Polonia en el Camp Nou.
Sábado de gloria en Barcelona. El penúltimo día de competición España logró dos de sus medallas de oro más emblemáticas en los Juegos de la XX Olimpiada: la de los 1.500 metros, con un Fermín Cacho impresionante en los metros decisivos, y la de fútbol, con un partido formidable en el Camp Nou, con gol de la victoria para Kiko (entonces Quico). Fue una jornada apoteósica para el equipo olímpico español, porque Jordi Arrese y Arantxa Sánchez Vicario sumaban dos platas en tenis y Carolina Pascual una más en gimnasia.
“Martín, me voy a echar una siesta, porque esta tarde voy a ser campeón olímpico”, le dijo Cacho a Martín Fiz, después de comer en la Villa Olímpica aquel 8 de agosto de 1992. Y cumplió su promesa. En Montjuïc se asistió a una carrera muy lenta, que, en cierto modo, favorecía las opciones de Cacho, un hombre muy rápido al final y con un potente cambio de ritmo. Los doce corredores iban prácticamente en grupo a falta de unos 200 metros para la meta. En ese momento el hombre que iba a ser campeón vio un hueco por dentro, entre el borde de la pista y el keniano Chesire y no lo dudó un momento: pasó como una exhalación y se fue como una flecha hacia la meta.
Ya mediada la recta final se vio que era imposible que la medalla de oro se le escapase. Se cumplía lo pronosticado a Martín Fiz. Cacho se llevaba la primera medalla de oro para un corredor español. José Manuel Abascal, ocho años antes, había sido bronce en los Juegos de Los Ángeles 1984.
“Dedico esta medalla a un buen amigo, Jesús González Margeride”, un atleta de fondo que meses antes había sufrido un ataque cerebral que le apartó del atletismo y puso en peligro su vida, aunque posteriormente compitió en Juegos Paralímpicos. También hubo otras dedicatorias: “Para mis padres, mi entrenador y la familia de Abel Antón, en cuya casa he vivido durante algún tiempo y donde me han tratado como a un hijo”.
No mucho después, en el mismo Estadio de Montjuïc, Carl Lewis participaba en el relevo estadounidense que no sólo se llevó el oro (octavo olímpico de su vida) sino que batió el récord mundial (37.40) , lo mismo que iba a suceder en minutos después en 4x400 metros (2:55.74).
España 3 - Polonia 2
La otra gran apoteósis se produjo en el Camp Nou, ante 95.000 entregados espectadores. La final de fútbol enfrentaba a España y Polonia. El encuentro no defraudó. Fue de alta calidad, competido y emocionante. En el minuto 45 Kowalczyk bate a Toni a pase de Brzeczek. En el 64, empate: Guardiola saca un golpe franco que Abelardo remata de cabeza. Seis minutos después los hombres de Miera se ponen por delante gracias a un gol,de Kiko. Pero Polonia no se rinde y en el minuto 75 marca Staniek.
La locura se produce cuando en el minuto 90, a pocos segundos para finalizar el encuentro e iniciarse la prórroga, Kiko consigue el 3-2. Según confiesa, se dirigió al árbitro, José Torres Cadena, que era colombiano: “Pita el final, que juego en el Cádiz y éste va a ser el único título que gane en mi vida”.
Era el primer oro para el fútbol olímpico español. Habían pasado 72 años desde que, en los Juegos de Amberes 1920, Zamora, Balauste y otros jugadores míticos se alzaron con la plata.
En tenis optaban al oro Jordi Arrese y la pareja formada por Conchita y Arantxa, pero perdieron sus encuentros y se llevaron la plata. El suizo Marc Rosset venció a Arrese en un partido largo y competido: 7-6 (7-2), 6-4, 3-6, 4-6 y 8-6. “La plata me sabe a oro”, dijo Arrese, “porque cuando Marc saca como lo ha hecho hoy, es imposible restarle”. Por su parte, las norteamericanas Gigi Fernández-Mary Jo Fernández se impusieron a Arantxa y Conchita por 7-5, 2-6 y 6-2. Las españolas no se sintieron decepcionadas. “¿Por qué íbamos a estarlo?”.
Otra plata se la llevó Carolina Pascual en gimnasia rítmica: sólo cedió ante la ucraniana (competía con el Equipo Unificado) Alexandra Timochenko, y dejó el bronce para su compatriota Oksana Skaldina. Carmen Acedo se clasificó en la cuarta posición.
El otro gran acontecimiento era la final de baloncesto. Se medían el Dream Team y Croacia, liderada por Drazen Petrovic, que ya por entonces jugaba en la NBA. Vencieron los americanos por 117-85 (56-42 en el descanso). Estados Unidos volvía a dominar el básket olímpico tras ocho años sin ganar el oro. Michael Jordan fue el máximo anotador entre los campeones, con 22 puntos en 23 minutos, y Drazen Petrovic el más efectivo entre los exyugoslavos, con 24, muy bien apoyado en este sentido por Radja (23).
Curiosamente, ningún jugador del Dream encabezó las estadísticas individuales al término del torneo, porque rotaba mucho más que los demás al tener un banquillo auténticamente estelar. Estos fueron los mejores estadísticamente: Schmidt (Brasil), 24,8 puntos de media por partido, con 3,5 en triples; Sabonis (Lituania), 12,5 rebotes, y Marchulonis (Lituania), 8,3 asistencias.
Faltaba una jornada de competición, en la que España iba a conseguir otras dos medallas: se disputaban el oro y la plata en waterpolo, contra Italia, y en boxeo, con Faustino Reyes, el benjamín de los medallistas (17 años), que iba a enfrentarse al alemán Andreas Tews. Y faltaba, también, la fiesta de clasura.