King bate el récord y Sjöstrom y Kalisz suman nuevos oros
La última jornada de los Mundiales confirma el dominio de King en la braza con su récord del mundo del 50, de Sjöstrom en los 50 libre y de Kalisz en los 400 estilos.
La última jornada de finales en los Mundiales de Natación siempre es trepidante. Final tras final, emoción tras emoción, las pruebas rápidas y los estilos mandando en el cierre de unos Campeonatos de mucho nivel en Budapest, rompiendo el mito de que los años post-olímpicos son de barbecho. Los nadadores ya se acostumbran a alargar su puesta a punto olímpica un año más. Y que mejor inicio tuvo la tarde que los 50 braza, con las hienas de la velocidad y de este estilo tan peculiar, comandadas por la americana Lilly King, y respaldadas por la rusa Yuliya Efimova y la lituana Ruta Meilutye.
Y, entre ellas tres, junto a la americana Katie Meili, contribuyeron a que King batiera el récord del mundo, el décimo ya en estos campeonatos (29.40). Efimova salió mal, como de costumbre, Meilutyte fue la más rápida en los primeros 25 metros, pero luego se descompuso y perdió ritmo. Efimova la adelantó y se fue a por King. Meili, que fue plata en los 200, resistía. King tocó primera, la rusa segunda (29.57), con la quinta mejor marca de siempre. El bronce fue para Meili (29.99) y Meilutyte se quedó cuarta (30.20). Su récord del mundo pasó a mejor vida. Una de las fotografías de la final fue el saludo y la sonrisa entre King y Efimova, después de tantas asperezas. El roce hizo el cariño, al menos.
El mismo cariño que demostró el Duna Arena a David Verraszto, plata en una espectacular final de los 400 estilos. La piscina rugía con la braza del húngaro, que le hizo consolidarse en una segunda posición que defendió hasta el final ante el acosos de los dos japoneses y el británico Max Litchfield. El oro tenía un nombre adjudicado. Chase Kalisz, quien ya ganó los 200 estilos, siguió agrandando la leyenda americana en una prueba que tradicionalmente han dominado Ryan Lochte y Michael Phelps. El estadounidense llegó a coquetear con el récord del mundo hasta los últimos 100 metros, aunque sí pudo con el de los Campeonatos (4:05.90).
La diferencia entre Kalisz y el resto es abismal. Verrazsto, empujado por los espectadores, llegó sufriendo con un tiempo de 4:08.38, mientras que el bronce fue para Daiya Seto, con 4:09.14. Hagino se conformó con la sexta posición.
Otro oro de Sjöstrom, que acumula tres
El dominio de Kalisz es comparable al de Sarah Sjöstrom en las pruebas de velocidad. Esta vez no falló la sueca. Y se adjudicó los 50 libre con una marca muy próxima a su récord del mundo logrado el sábado. Su 23.69 es la segunda mejor marca de la historia. Le siguieron la holandesa Ranomi Kromowdijojo, batiendo el récord de su país (23.85), y la americana Simone Manuel, quien también logró el récord de América (23.97). Un podio que refleja la velocidad actual.
Con este oro, Sjöstrom logra el tercero de sus Mundiales, además de una plata y dos récords del mundo. Ha sido, sin duda, una de las sensaciones en Budapest, la confirmación de la reina de la velocidad mundial. El francés Camile Lacourt, a sus 32 años, logró el oro en los 50 espalda (24.35). La plata fue para el japonés Koga (24.51) y el bronce para el estadounidense Grevers (24.56). Todos los nadadores han rebajado los 25 segundos.