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Dressel desafía los límites

México

Había noticias del potencial de Caeleb Dressel desde su adolescencia. Con 15 años comenzó a acumular récords juveniles y borrar las marcas de gente como Michael Phelps. Era un chaval diseñado para las pruebas rápidas, un velocista con futuro, pero pendiente del salto a la universidad y al mundo adulto. No han sido pocas las estrellas precoces que han desaparecido en la siguiente etapa, la que distingue a un buen nadador de un campeón. Ha bastado una semana en Budapest para consagrar a Dressel como un nadador de proporciones históricas.

Dressel, 20 años, ganó ayer las finales de 50 metros libres, 100 mariposa y el relevo mixto 4x100 libres. Las victorias dijeron mucho menos que el impacto de sus marcas. Dressel venció a todos, incluida la fatiga. Media hora separó las finales de 50 libres y 100 mariposa, margen estrechísimo para las dos hazañas del joven nadador estadounidense. Conquistó las dos pruebas con las mejores marcas de la historia en bañador de textil, sin el turbo de poliuretano que invadió las piscinas en 2008 y 2009.

Aunque han caído varios récords mundiales de aquella época, algunas marcas han parecido inaccesibles hasta ahora. A dos de ellas - 20.91 segundos del brasileño César Cielo en los 50 libres y 49.82 de Michael Phelps en los 100 mariposa- se enfrentó Dressel con tanta categoría que salió de la piscina convertido en el nadador del campeonato. No encontró rival en los 50 metros libres. Se impuso con un registro de 21.15 segundos, pero el bombazo llegó poco después.

Batir un récord mundial es una cosa. Superar uno de Phelps añade un prestigio muy especial. Phelps dispone de cuatro: 100 y 200 metros mariposa, 200 y 400 metros estilos. En los Mundiales de Roma 2009, el legendario nadador estadounidense derrotó a Milorad Cavic y marcó un récord apabullante: 49.82 segundos, un registro que exigió lo mejor del mejor especialista de la historia. Nadie había bajado de los 50 segundos.

Dressel, que no era conocido como un maestro de la mariposa, ganó los trials de Estados Unidos. No parecía, sin embargo, el favorito en Budapest. Los pronósticos señalaban a Josep Schooling, el nadador de Singapur forjado en la academia Bolles (Florida), donde coincidió con Dressel, y en el equipazo de la Universidad de Texas. Schooling deslumbró en los Juegos de Río, donde se impuso a Phelps, Laszlo Cseh y Chad Le Clos, tres gigantes de la especialidad.

Nada detuvo a Dressel en un carrerón monumental. Nadie le amenazó. Dressel se separó desde la salida y nunca miró atrás. Cubrió el parcial de 50 metros en 23.31 segundos, cinco centésimas mejor que la marca de Phelps en Roma. La segunda parte fue memorable. Se quedó a 0,04 segundos del récord. Dio igual. Su victoria se saludó como la gesta del hombre que saldrá de Budapest como la gran figura de la natación mundial.