Hungría, la oportunidad del año para McLaren y Alonso
El revirado trazado de Budapest es en el que menos importa la potencia y el consumo y más el chasis de lo que queda. El asturiano, quinto y séptimo los dos últimos años.
Llueve, el avión de Ryanair aterriza no sin ciertos problemas en el aeropuerto internacional Ferenc Liszt de Budapest, no es fácil conducir con lluvia en el trayecto hasta el hotel de la parte más antigua de la ciudad, junto al Danubio. Este miércoles hay tormenta, pero el domingo solo un 20% de posibilidades de lluvia en el circuito de Hungaroring y esa no es una buena noticia para los pilotos con más talento, aunque hasta ahí llega el aspecto negativo para Fernando Alonso. Porque en Hungría todo es bueno para su McLaren Honda, más allá de los posibles y, por otra parte, repetidos problemas de fiabilidad del coche.
Pero seamos optimistas y pensemos que el monoplaza del asturiano no se romperá. Si así fuera Alonso y su escudería están ante el circuito más favorable de lo que queda de temporada, ante la gran oportunidad de hacer algo decente. No pensemos, como bien dijo Fernando, que por arte de magia este coche va a luchar por estar en el podio, salvo que pase algo extraño por delante o llueva, como ya ocurrió en 2014 con el último podio del astur en su carrera hasta ahora a los mandos de un pobre Ferrari.
¿Por qué es Hungaroring la mejor oportunidad para Alonso y su equipo? Si tenemos en cuenta que tienen el peor motor del campeonato y uno de los mejores chasis, este trazado tiene todos los ingredientes para que pueda brillar.
Uno de los grandes problemas del coche se hace visible cuando llegan las rectas. En Hungría solo hay una importante de algo menos de un kilómetro, 908 metros exactamente y la velocidad máxima (en otros circuitos hemos visto hasta 30 km/h menos del McLaren respecto a Mercedes o Ferrari) es de 305 km/h por los 350 de Monza o 360 de Bakú, por ejemplo. Además estamos ante uno de los circuitos más cortos del Mundial, con 4,381 kilómetros.
Es esta una pista en la que hay que estar el 55% de la vuelta con el acelerador a fondo, mientras que en Monza o Spa están más del setenta por ciento. Y lo que es aún más importante y tiene relación con esto último, el consumo, uno de los grandes problemas del coche es menor, muy bajo, de 1,5 kilos por vuelta. En cuanto al aspecto eléctrico, el ERS tiene unas importantes zonas de frenado para recargar lo que puede ayudar a un mejor funcionamiento en ese aspecto.
Todo esto provoca que, por ejemplo, Eric Boullier diga: “El coche tiene el potencial para comportarse más favorablemente. Nos mostramos más optimistas de aprovechar las fortalezas de nuestro coche”. Mientras que por parte de Honda, Hasegawa habla de: “Hungaroring es un circuito sinuoso que se presenta como una de las mejores oportunidades del año. No es un trazado que dependa de la potencia, pero requiere una gestión precisa de la energía en cada vuelta”.
“Es un circuito difícil para adelantar, la calificación es importante para nosotros”, asegura el máximo responsable japonés. Y así es porque el coche va mejor a una vuelta que en carrera donde se reproducen los problemas. Si Alonso es capaz de hacer una gran vuelta puede ocupar un buen puesto en la parrilla y a partir de ahí defenderse.
Eso sí, debe quedar claro que el McLaren no estará aquí al nivel de Mercedes, Ferrari o Red Bull, pero sí debe ser el mejor coche del resto. En 2015, Fernando Alonso fue quinto y el año pasado séptimo. Tiene que puntuar, de manera cómoda y esperar que suceda algo por delante. Al menos aquí existe esa esperanza. Alonso y McLaren Honda tienen que aprovechar esta oportunidad.