W Deportes
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BARCELONA

En pleno lío, el Barcelona se aloja en el Hotel Watergate

El emblemático establecimiento, símbolo de las conspiraciones políticas, se reinauguró hace un año como establecimiento de lujo. Hoy dormirá Neymar.

BarcelonaActualizado a
Watergate Hotel.
Ron Blunt

La expedición del FC Barcelona dormirá esta noche en el lujoso Hotel Watergate. Exacto, el mismo donde se alojaron los espías del Partido Republicano que el 17 de junio de 1972 asaltaron las oficinas electorales del Partido Demócrata en el edificio de apartamentos contiguo al hotel.

Dos años después, el presidente Richard Nixon se veía obligado a renunciar de su cargo. Desde entonces, ese hotel ha sido el símbolo de las conspiraciones políticas. Tuvo su época de auge y progresivamente fue quedando abandonado hasta que el año pasado fue reinaugurado como un establecimiento de lujo con multitud de guiños al caso (es casi un parque temático sobre el famoso suceso) y es el que ha elegido el Barça para quedarse hoy a dormir en Washington en pleno Caso Neymar. Ni hecho a propósito.

En las tarjetas electrónicas del hotel que dan acceso a las habitaciones donde hoy pernoctará Neymar se puede leer la frase “No need to break in” (no es necesario que rompa la puerta para entrar) en clara referencia a la zaragata que se montó en 1972. El teléfono de atención al cliente del hotel es el 6-17-1972, que coincide con la fecha del allanamiento de la sede demócrata. Las habitaciones más solicitadas por los mitómanos son la 214 y la 314, que fueron donde se alojaron los agentes del partido republicano (tendría morbo que una de ellas fuera la de Neymar) y los bolígrafos de las habitaciones levan inscrita la leyenda “robé este bolígrafo del hotel Watergate”.

En un momento tan descontrolado en el mercado de fichajes, con conspiraciones por todos lados, el Barcelona no podía haber elegido un mejor establecimiento para alojarse en Washington. Del Watergate al Neymargate.