Spieth elude el abismo y gana el British Open, su tercer major
El texano, de 23 años, se impuso en el Abierto Británico ante Kuchar después de un inicio de vuelta malísimo. Ya ganó Masters y US Open en 2015. Cabrera Bello fue cuarto.
Jordan Spieth había mostrado hasta hoy dos caras en los majors: la de dominador imparable y la de golfista derribado por la presión. Ayer aparecieron las dos, pero el texano, de 23 años, pudo con los demonios y se impuso su lado winner para levantar en Royal Birkdale la Jarra de Clarete de vencedor del British Open. Es el tercer major de su vida tras el Masters de Augusta y el US Open, ambos en 2015, y se convierte junto a Nicklaus en el único golfista que ha ganado tres de cuatro grandes antes de los 24. Spieth cumplirá los 24 el 27 de julio y es el vencedor más joven del torneo desde que Seve Ballesteros venciera en 1979 con 22.
Todo partía a favor de Spieth, que comenzó su vuelta con tres golpes de ventaja sobre Kuchar, su compañero de partido. ¿Qué versión se vería del prodigio de Dallas? La primera fue mala, malísima. Arrancó con tres bogeys en cuatro hoyos, dilapidando su ventaja y dejando a Kuchs la puerta abierta para su primer major. Spieth navegaba perdido por el links Royal Birkdale, que le devoraba con sus rachas de viento. En el hoyo 13, Jordan tocó fondo. La bola se fue más allá del rough a un monte perdido que le impedía golpear. Perdió los nervios, intentó incluso mover camiones de publicidad para dar su golpe. Tras más de 20 minutos de indecisión, al final dropó e hizo bogey. En 2016, en el Masters de Augusta sacó su peor cara, tiró dos veces la bola al agua y entregó el torneo en bandeja a Danny Willett… Fue en el hoyo 12, Golden Bell, donde cayó por el precipicio. Este domingo, Spieth, con +4 en el día, estaba perdido de nuevo y se volvía a asomar al abismo… Kuchar se ponía líder.
Pero Spieth tenía preparado un antídoto contra sus males. Habló con su caddie Michael Greller, algo más que el hombre que lleva su bolsa, su confidente. El subidón fue inmediato. En el 14 eliminó la ansiedad con un birdie y en el 15 regresó el Spieth mágico, el del putt de oro, que embocó un deslumbrante eagle. El golfista dominante que ganó Masters y US Open seguidos en 2015 había aparecido con más luz que nunca. Birdie en el 16 y otro en el 17. Un robot infalible de Dallas se paseaba por Royal Birkdale. Ya no entendía ni de viento, ni de presión. Y a Kuchar sólo le quedaba mirar la exhibición. En uno de esos momentos en los que un golfista puede hundirse para siempre o emerger para ser el gran dominador del planeta, Spieth tomó las riendas y tomó la segunda opción. Ganó el British Open.
Con la Jarra de Clarete en la mano se acordó de Greller. "Había perdido la fe y él me ha sacado hacia adelante. Este British Open es tanto de Michael como mío. Es una pasada tener este trofeo en las manos. Pude beber vino de ella cuando ganó Zach Johnson", se reía Spieth, que agradeció a Kuchar su paciencia cuando estaba perdido: "Fue un gran rival, estuvo 20 minutos esperando y sólo me devolvió una sonrisa. Otro no lo habría hecho". Un gran jugador y un caballero llamado Jordan Spieth, vencedor de tres majors y llamado a dominar el golf mundial.
Rafa Cabrera Bello fue el mejor español y terminó igualado con McIlroy (-5) en cuarta posición, su mejor actuación en un grande (antes, 17º en Masters 2016). Sergio García fue 37º, con +2 y Jon Rahm, 44º, con +3.