La importancia de tener a Josh McDaniels y Matt Patricia

Leo, de buena mañana, que desde el año 2015 todos los equipos de la NFL han cambiado al menos uno de sus dos coordinadores principales, bien el de ataque bien el de defensa ¿Todos? No, una franquicia resiste ahora y siempre al invasor de la inestabilidad. Se llaman los New England Patriots y desde el año 2012 tienen a los mismos hombres ocupándose de las labores principales de ayuda a Bill Belichick. Sus nombres son Josh McDaniels y Matt Patricia y son adorados por las huestes de fans de los Patriots como a héroes del Olimpo. Y no es para menos.

La estabilidad. Qué extraño animal mitológico éste hablando de deporte. Se mire la competición que se mire a lo largo y ancho del orbe aparece en boca de los mandamases y, a la vez, estos son los primeros que la lanzan por la ventana a la que se encadenan tres tardes torcidas. Ni antes, pese a lo que dicen las leyendas urbanas, ni ahora hay más receta para alcanzar la estabilidad que el ganar, y cuando se gana es difícil afrontar grandes cambios; así que la estabilidad y la victoria van de la mano, sí, pero no resulta tan fácil discernir cual es la causa y cual la consecuencia. Porque ya me contaréis de que ha servido el mantener entrenadores y proyectos perdedores en los Jaguars y los Rams, por ejemplo, en los últimos tiempos.

Sucede en New England que tienen en sus filas al mejor entrenador de la historia, Bill Belichick, y al mejor quarterback de la historia, Tom Brady, y no hay posición en la NFL que pueda rivalizar en importancia con la de QB, por lo que la fórmula ganadora está ahí y, como tal, todo el mundo la señala y la subraya. Sin embargo, y al igual que con el tema de la estabilidad cabe preguntarse ¿qué fue antes, que estos señores sean los mejores (que lo son) y todo lo de alrededor luce gracias a ellos, o todo lo de alrededor es tan bueno que les hace relucir por encima de sus capacidades individuales?

En el fondo, la respuesta a esa pregunta no tiene ninguna importancia ya que lo relevante es el resultado final y conjunto: ser la franquicia deportiva norteamericana más importante del siglo XXI. Y, en ese sentido, es esencial, y mucho en esta década, la figura altiva, intelectual y soberbia de Josh McDaniels y la afable, amorosa y de entrañable científico loco de Matt Patricia.

McDaneils: El Ícaro que pudo aterrizar

Josh McDaniels quiso volar joven muy pronto. Formado en los brazos de Bill Belichick desde 2001 (que se dice pronto) alcanzó el puesto de coordinador ofensivo en 2006 con unos insultantes 30 años. Para entonces ya había sido la mano derecha de Tom Brady. Genio y figura, imaginativo y ambicioso, se fue a ser entrenador jefe de los Denver Broncos con tan sólo 33 años.

Incluso para su talento fue demasiado pronto. Entró como un elefante en una cacharrería y acabó con Jay Cutler, que por entonces no era un QB fracasado de vuelta de todo sino la gran esperanza de la franquicia, apostó por Tim Tebow sin ton ni son y fue despedido tras dos conflictivos años en los que falló en todo lo que tenía que ver su trabajo y que no fuese la pizarra o el diseño de jugadas. Esto es: falló en lo fundamental.

Pero este Ícaro que se acercó al sol demasiado no se estrelló cuando sus alas de cera se derritieron. Tras una parada de un año en los Rams, volvió con Belichick y los Patriots en 2012. Y hasta hoy.

Cada año surgen los rumores y las intenciones de equipos sin entrenador por hacerse con sus servicios pero, al menos de momento, se ha quedado para guiar un ataque que lleva su sello, especial, único, como una nube de avispas que se va desperdigando por el campo y en la que Tom Brady siempre selecciona a la que más puede picar.

No está lejos el día en que vuelva a ser entrenador jefe, no hay duda. Quizás cuando comience el declive de Brady (si es que eso es posible en este universo), quizás cuando le llegue una oferta irrechazable. Mientras tanto, es esencial en el devenir de los Patriots y, por lo tanto, de la liga.

Patricia: El ingeniero aeronáutico que hace volar a la defensa

Al igual que McDaniels, Matt Patricia entró en los Patriots muy pronto e hizo su carrera desde abajo. Nada menos que en 2004. En eso también se diferencia el equipo del resto, pues sus coordinadores vienen, digámoslo así, de su propia cantera. Se convirtió en coordinador defensivo en el año 2012 y hasta el propio Belichick tuvo dudas con él al principio.

Pocos tipos tan inteligentes como él en la NFL. Este ingeniero aeronáutico, al que todos sus conocidos y familiares le dijeron que se equivocaba dejando su carrera profesional para ser entrenador de football, hace volar a esta defensa. Perdonad la simpleza de la frase, pero es que explica muy bien sus esquemas: esa gente vuela a por el balón.

No tiene el caché de McDaniels, es cierto, pero ya va sonando para las diferentes vacantes que se producen en la liga cada enero. Su imagen de tipo encantador, de ser amigo de sus hombres, no le ayuda a la hora de presentarse como un candidato viable a gobernar una plantilla de la NFL. Estos prejuicios caen como moscas ante sus resultados, y ante una unidad defensiva que no siempre cuenta con los nombres más rimbombantes, que tiene que lidiar cada año con bajas significativas y que, aún así, siempre está dispuesta para la batalla y para lo que tienen en frente.

McDaniels y Patricia, símbolos absolutos de esta era dorada en New England, de la estabilidad y la paciencia como virtud en la construcción de campeones deportivos, de la inteligencia grupal de Bill Belichick y de el llamado "Patriot's Way". Una forma de hacer las cosas que no admite réplica, ni debate.