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AMERICANA ESTE

Con Yankees en picada: ¿Es momento de vender o comprar?

Rezagándose rápidamente en la división, Brian Cash man se encuentra en una encrucijada.
Grandes Ligas: Boston vs Yankees

Ciudad de MéxicoActualizado a
NEW YORK, NY - JULY 04: Pitcher Luis Cessa #85 of the New York Yankees wipes his head after pitching the eighth inning against the Toronto Blue Jays during a game at Yankee Stadium on July 4, 2017 in the Bronx borough of New York City. The Blue Jays defeated the Yankees 4-1.   Rich Schultz/Getty Images/AFP
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Rich SchultzAFP

No hace mucho, el Bronx era la zona más alegre de Nueva York. Aaron Judge, Luis Severino y los jóvenes Yankees hacían lucir a su gerente, Brian Cashman, como un genio digno de otra película protagonizada por Brad Pitt.

Aquel 12 de junio, un triunfo 5-3 en Anaheim, colocó a los Yankees con una portentosa marca de 38-23, buena para .623 y cuatro juegos de ventaja en el Este de la Liga Americana. Yankee Stadium sentía una brisa otoñal.

Y entonces, cayó la noche.

También los Yankees fueron cayendo como moscas, uno a uno: Jacoby Ellsbury, Aaron Hicks, Tyler Austin lesionados. El irresoluble problema en la inicial en donde Chris Carter ofrece más preguntas que respuestas. Un bullpen repentinamente vulnerable. Un Masahiro Tanaka convertido en un enigma para la organización, no así para los bateadores rivales.

El abismo se acercó rápidamente y no lo vieron venir. Los jóvenes Yankees cayeron en una mala racha de 6-15, que le dio un giro de 8.5 juegos al liderato divisional. De tener cuatro de ventaja sobre el segundo lugar, ahora están a 4.5 de Boston. Todo eso en 23 días.

Nunca es bueno caer en un bache, pero hacerlo antes de la Pausa del Juego de Estrellas y a menos de un mes de la fecha límite de cambios del próximo 31 de julio es aún más complicado.

Ahora, Brian Cashman enfrenta la temible pregunta: ¿Comprar, vender o quedarse con sus premios?

No hay una respuesta correcta.

Sí, la mala racha es innegable. Pero los Yankees están a tan solo 4.5 juegos de Boston en el Este y gozan de la cuarta mejor marca de la Liga Americana, buena para un wild card. Esa es la buena noticia. La mala es que Minnesota y Kansas City están a un juego de distancia, los Rays a juego y medio y básicamente todos los equipos del joven circuito están a menos de 10 juegos de distancia del primer comodín, es decir, se mantienen en la pelea al menos de forma matemática.

Eso significa dos cosas. Primero, que los Yankees tendrían mucha competencia en el mercado, por lo que quedarse como están sería una opción muy arriesgada si realmente quieren adelantar un proceso que avanza a pasos agigantados de la mano de Luis Severino, Gary Sánchez y Judge.

Y segundo, no va a ser fácil encontrar buenos refuerzos en un mercado en donde no hay muchos equipos dispuestos a bajar los brazos.

Hay varios nombres intrigantes que podrían estar disponibles. Ya se habla de que Justin Verlander y Sonny Gray podrían ser fichas de cambio al precio correcto. Marco Estrada o Todd Frazier resolverían algunas de las urgencias de los Yankees, lo mismo Gerrit Cole, Jeff Samardzija o José Bautista.

Pero ¿qué tanto está dispuesto a sacrificar Cashman por un año en donde no hay garantías más allá de unos cuántos días de béisbol adicional? Tal vez ni siquiera el mismo Cashman tenga la respuesta... aún.

Por otro lado, Cashman ha logrado avances significativos en su intento por rejuvenecer la plantilla y podría arriesgar los playoffs una vez más, deshaciéndose de algunos veteranos a cambios de más prospectos. Para una franquicia como los Yankees, dejar pasar la postemporada siempre es una opción dolorosa, pero no es nada a lo que no estén habituados. Después de todo, solo tienen un partido de playoffs en las últimas cuatro temporadas.

Este sería un panorama complicado y arriesgado, incluso para alguien como Cashman que en los últimos años ha hecho quedar en ridículo a más de un gerente. ¿Tienen contratos malos de los que les urja deshacerse? Sin duda. Pero a Chase Headley está firmado por un año más, Masahiro Tanaka hasta 2020 y el esperpento de Ellsbury hasta 2021.

Sin duda Cashman estaría más que dispuesto a canjear a alguno de ellos, pero es poco probable que su teléfono suene para preguntar ¿Cuánto por los 84 millones restantes a Ellsbury? En cambio, no es tan fácil desprenderse de sus jugadores disponibles.

Los abridores CC Sabathia y Michael Pineda, y el relevista Tyler Clippard están en su último año de contrato. Todos ellos podrían ser útiles para un equipo que crea estar a una o dos piezas del campeonato. Pero ninguno de los tres jugadores comanda un cambio por prospectos que estén listos para generar un impacto en un par de campañas.

No hay mucho que vender, no hay mucho que comprar.

Respetar el proceso, por otro lado, viene con la menor cantidad de riesgos. Los jóvenes siempre tienen la opción de retomar su buen paso de inicio de campaña, entrar a playoffs y hacer quedar bien a toda la organización. A fin de cuenta, siempre que se trabaja con jóvenes y proyectos la palabra clave es “paciencia”.

En el peor de los escenarios, los Yanquis conservan su base, no se vuelven locos y navegan en su mar de inconsistencia hasta quedarse fuera de postemporada. ¿No era ahí donde los tenían los pronósticos iniciales? Cierto. Y ahora con un año más de experiencia, el panorama de 2018 sería muy distinto.

Tu turno, Cashman.