Colin Kaepernick unió esclavitud y 4 de julio en viaje por África
El ex quarterback de los San Francisco 49ers, aún sin equipo para esta temporada en la NFL, continua demostrando su compromiso social.
Colin Kaepernick no ha despejado, de forma pública al menos, las dudas que existen sobre su deseo de seguir jugando en la NFL. En todas las filtraciones que ha habido de sus reuniones con diversos equipos se insiste en que está completamente centrado en el football y que quiere continuar con su carrera deportiva. Sin embargo, en paralelo se ha querido dar la sensación de que está mucho más preocupado de su parte activista, de expresar sus ideas políticas y sociales y trabajar en ellas que en pegarse en los emparrillados. Gente que le quiere, o eso dicen, y que quiere que encuentre trabajo como QB en la liga le ha pedido que haga alguna declaración pública a ese respecto para que despeje las dudas.
No es algo en lo que les haya caso. Como tampoco ha querido dejar de lado todas las actividades de ayuda a diversas organizaciones que luchan contra el racismo en los Estados Unidos de América. Si su pelea comenzó a tomar forma de polémica cuando decidió no respetar ni el himno ni la bandera norteamericana en la pretemporada de la pasada temporada, sentándose antes de los partidos en los protocolarios actos de homenaje a la nación, en este 2017 ha optado por un perfil bajo pero de igual calado.
Ayer, con motivo del día 4 de julio, fiesta nacional de los Estados Unidos, volvió a dejar claro, esta vez de forma muy pública, su ideario.
Colin Kaepernick se encuentra en Ghana. Está en un viaje por África, que continuará en Egipto, en el que quiere conocer las raíces de sus genes. Investigando sobre ello, su rama familiar le llevó a Ghana. Y acudió a las redes sociales a contar todo lo que está viviendo, y cómo le está afectando, que es de manera muy profunda.
"¿Cómo podemos celebrar la independencia cuando a nuestros ancestros les fue robada la suya de manera intencionada? Para encontrar mi independencia he vuelto a casa". Ese fue uno de los mensajes que Kaepernick puso en Twitter. Además, en Instagram se extendió en la misma idea:
"En la búsqueda de mi independencia personal, tenía que encontrar de dónde venían mis ancestros. Seguí el rastro y me llevó a Ghana. Quería visitar los sitios de donde partieron los que fueron forzados al infierno de los viajes en barco a América. Quería ver, aunque fuese una mínima fracción, de lo que vieron antes de partir. He pasado tiempo con la gente de este país, visitando el hospital local de Keta y el pueblo de Atito, así como mostrando mis respetos al Memorial Park de Kwame Nkrumah. He sentido su amor y espero que ellos hayan sentido el mío".
Kaepernick no tiene ninguna necesidad de hacer estos viajes, de decir las cosas que dice. Es evidente que, en modo alguno, todo lo que le ha envuelto, en el aspecto social, en el último año y medio tiene nada de pose o escaparate. Sus actos y palabras revelan a una persona con una total honestidad por sus ideas y sentimientos, que va más allá de lo que se pueda decir o pensar de él por personas ajenas, así como la interpretación de sus actos y opiniones.
Está por ver si tiene alguna oferta de la liga. Está por ver, también, si decide ser igual de explícito en sus deseos e intenciones para con la NFL y su carrera deportiva. Pero lo que nadie puede negarle en su compromiso consigo mismo y su forma de ver el mundo.