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Logan Morrison: Gary Sánchez no debería ir al Derby de HR

El toletero de los Rays goza de su mejor campaña y fue pasado por alto para darle lugar al dominicano.

Ciudad de MéxicoActualizado a
BALTIMORE, MD - JULY 01: Logan Morrison #7 of the Tampa Bay Rays hits a two run home run in the first inning a baseball game against the Baltimore Orioles at Oriole Park at Camden Yards on June 1, 2017 in Baltimore, Maryland.   Mitchell Layton/Getty Images/AFP
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Mitchell LaytonAFP

Durante sus primeras siete temporadas en Grandes Ligas, Logan Morrison nunca obtuvo el respeto que va asociado con un primera base de poder. Resulta que 24 jonrones antes de la Pausa del Juego de Estrella siguen sin comprarle respeto.

Es el precio de jugar para los Rays: Si no tienes números monstruosos entonces eres el Plan B.

Está bien, Morrison lo acepta y lo paga. Así es la vida en un mercado chico que siempre ha vivido a la sombra de gigantes dentro de su división como los Boston Red Sox o los New York Yankees, incluso para cosas irrelevantes como la edición 2017 del Home Run Derby, en donde Gary Sánchez, de los Yankees, ocupará un lugar que Morrison cree que le pertenece por derecho.

“No estoy decepcionado. Juego para los Rays, lo entiendo. Ni siquiera pueden poner bien mi foto. Cuando ponen mi nombre, ponen la foto de Corey (Dickerson) en MLB Network”, dijo.

Tiene razón. Se necesitará de un milagro volver relevantes a los Rays, y en el Home Run Derby no llegará. Pero no solo tiene razón, tiene evidencias.

En el béisbol, como en ningún otro deporte, los números hablan. Y en ese sentido, Gary Sánchez, acumula 13 cuadrangulares a cambio de los 24 de Morrison, a quien no le incomoda en lo más mínimo resaltar lo evidente públicamente. A Pitágoras no se le gana.

“Gary no debería estar ahí”, dijo sin tapujos. “Gary es un gran jugador, pero no debería estar en el Home Run Derby”.

Solo hay que repasar la lista de invitados: Aaron Judge (28), Mike Moustakas (24), Cody Bellinger (24), Giancarlo Stanton (21), Miguel Sanó (20), Justin Bour (18), Charlie Blackmon (18) y Sánchez (13). Obviamente la pieza que no encaja, al menos en cantidad, es el receptor de los Yankees.

“Me acuerdo cuando yo tenía 14 home runs...Fue hace un mes”, dijo en un sutil mensaje a la diferencia de vuelacercas con Sánchez.

En descargo del dominicano, Sánchez tiene apenas 52 partidos esta campaña, pero también vale resaltar que en los 53 encuentros que disputó en su histórico 2016, disparó 20 vuelacercas. Además, lo que no tiene en cantidad este año, lo compensa en otros aspectos. En el tema de potencia, Sánchez está más que capacitado con la segunda mayor distancia promedio de Grandes Ligas, con sus nada despreciables 420 pies por bambinazo.

Y si algo quiere ver la gente en el Derby no son jonrones, sino LARGUÍSIMOS jonrones. Sánchez los puede dar.

Por su lado, Morrison tiene los números. Tiene 24 cuadrangulares, con los que ya supera su marca personal de 23 que impuso en 2011 con los Marlins. Más importante aún, tiene la voluntad. Grandes Ligas prácticamente tuvo que esperar a que Judge se hiciera del rogar antes de aceptar la invitación. Hay otras grandes estrellas que simplemente renuncian a la posibilidad antes de ser invitados. Morrison no, él quería participar, quería que se hablara de los Rays aunque fuera por parte de una noche.

El mensaje está claro. Es difícil competir con los Yankees incluso en temas simbólicos. También queda en evidencia que incluso si se trata de un Derby de Home Runs, Grandes Ligas quiere darles la mayor proyección posible a sus nombres del futuro, a los Sánchez, los Judge, los Bellinger y no a un primera base de 29 años que solo acumula dos campañas de más de 17 vuelacercas en ocho años como profesional.