Otra ronda, otra ronda… de jugadores
Juan Carlos Osorio ha puesto a todos a jugar, pero no para ganarse un puesto en los partidos importantes sino para que sus verdaderos pilares no se nos quemen en juegos como estos.
Hace un año, en la Copa América Centenario celebrada Estados Unidos, México le ganó 2-0 a Jamaica en un partido repleto de errores, de dudas y de las ya famosas intermitencias de nuestros seleccionados. En su momento algunos nos atrevimos a mencionar que si el delantero jamaicano Clayton Donaldson hubiera tenido mayor nivel (digamos que a la altura del Chuleta Orozco), el partido se nos habría complicad de más. Pero como al final se ganó y se clasificó a Cuartos de Final, pues ya saben, vino lo de siempre. De negativo, mal mexicano y vendido no me bajaron. Luego vino lo que ya sabemos, el famoso, histórico y humillante 7-0 de Chile.
Pero esta vez, después de ver el papelón del equipo de Juan Carlos Osorio (o del colombiano solito, porque fue él quien diseñó el equipo, la estrategia y “estudió” al rival) durante los primeros 45 minutos del juego ante el débil seleccionado neozelandés, no pienso igual.
Vamos por partes. Ciertamente Osorio se equivocó feo y si no tiene un poco de autocrítica para reconocerlo, es su problema. El gran asunto es que gracias a sus necias rotaciones, a su extraordinario nivel de charla (y de convivencia en las concentraciones), ha logrado ganar el apoyo y ciega confianza de Guillermo Cantú, quien debido haberle revisado y cuestionado fuertemente la alineación que presentó este miércoles. Pues bien, por fin veo que le resultó. Sí, ha puesto a todos a jugar, pero no para ganarse un puesto en los partidos importantes sino para que sus titulares, sus verdaderos pilares no se nos quemen en esos juegos y se queden picados, al ver todo lo que pudieron haber hecho en esos momentos.
¿Ven?, así todos podemos encontrar una razón para estar contentos con estos resultados previos al partido importante. Y no me refiero al del sábado, ése están obligados a empatarlo, al menos, para avanzar ante su némesis. Ante Chile, al que espero puedan llegar a enfrentar, veremos qué tanto trabajó el hombre y qué tanto aprovechó las convivencias, esos cafecitos con piquete.