El Tri gusta cuando se entrega así

Al final de la jornada en Kazán, antes de sentarme a escribir la columna, reviso los detalles del partido, las reacciones de jugadores, fans y analistas, las estadísticas y hasta los pequeños detalles del debut de México en la Copa Confederaciones. ¿Y con qué me quedo?, con un buen sabor de boca.

Claro, no podemos dejar de ver que (de nuevo) hay cambios de Juan Carlos Osorio que terminan por bajar el nivel y perjudicar lo que se estaba haciendo bien. Pero al final, aunque la salida de Carlos Vela sí afectó, la mentalidad colectiva de un plantel que no está acostumbrado a la derrota en ningún campo, ante ningún rival y bajo ninguna circunstancia, terminó por rescatar un punto y mantener intacta la ilusión de ofrecer un buen torneo en Rusia.

No les puedo negar que también me molestó el bajo nivel de juego mostrado por elementos como Miguel Layún, Andrés Guardado y, sobre todo, Carlos Salcedo, que colabora en el primer gol, falla en al menos tres coberturas y casi cuela un balón a la meta de Ochoa. Pero prefiero quedarme con las imágenes de un seleccionado que, con el balón en los pies, es bastante competitivo; que le generó al menos cinco opciones de gol (y dos entraron) al monarca europeo y que, jugando así, es capaz de apretar, agobiar y complicar a cualquier seleccionado nacional.

Lo que sí de plano no puedo entender es cómo un jugador de la talla de Giovanni dos Santos se pueda caer tanto por ir a ganar dólares a Estados Unidos. ¿Dónde quedó esa gambeta?, ¿a quién le regaló su potencia?, ¿qué hizo con su extraordinaria definición en los juegos del Tri? Del Mundial a la fecha lo perdimos y, en serio, lo lamento mucho. Por él, por la familia Dos Santos, por el Tri y por el futbol. Sin embargo, en lo que Gio decide si quiere recuperar ese nivel o no, ojalá Osorio no nos vuelva a privar del espectáculo que estaba ofreciendo Vela, hasta que lo sacó. Ya tiene a su mariscal de campo, ¿no se dará cuenta?

En fin, ciertamente hay detalles, pero antes de que Néstor Pitana ordenara el inicio del partido, la mayoría veía a México como la primera víctima de CR7 y compañía. Sin embargo, al final, la gente en Kazán se levantó a aplaudirle al Tri, reconoció su entrega, su nivel colectivo y su capacidad de respuesta. Eso vale mucho.

Hablando de valores, hay que saber dar la cara. Puedo entender que Vela, jugador de la Real Sociedad, saliera abroncado del estadio, por no poder haber terminado el cotejo y que por ello no se detuviera a hablar con los medios. Lo que no entiendo es que Gio, de los Ángeles Galaxy, corriera más que en el terreno de juego y eludiera a más reporteros que rivales. Eso me cuesta. Sobre todo tomando en cuenta que los enviados recorrieron los mismos kilómetros que ellos para venir a trabajar hasta acá.

De salida

Impresionante silencio fue el que se “escuchó” en las gradas de la Kazán Arena, en honor de las víctimas del incendio forestal en la localidad de Pedrogao Grande, Portugal, que dejó al menos 62 muertos y más de 50 heridos. Ese mismo respeto mostrado previo al juego, habrá que tenerlo en nuestras manifestaciones populares en los estadios. No exportemos la vergüenza. Ayer estuvieron mucho mejor; ahí la llevamos con el pendiente.

Una más…

¡Feliz Día del Padre!