Un ex banquero reconoce haber sobornado a la AFA
Jorge Arzua, el banquero en cuestión, se declaró culpable de haber transferido más de 25 millones de dólares a Julio Grondona durante su etapa al frente de la AFA.
El ex banquero argentino Jorge Arzua, se declaró culpable de transferir más de 25 millones de dólares en sobornos al presidente de la AFA, Julio Grondona entre 2010 y 2014. El arrepentido contó la cadena de corrupción del fútbol argentino, dentro de la causa del FIFA Gate por pagos de sobornos a presidentes y funcionarios de federaciones del fútbol en América. Desde que estalló el escándalo de corrupción ya han declarado 24 arrepentidos, de los 40 investigados entre empresarios y dirigentes del futbol de América, por la justicia norteamericana por pago de sobornos y lavado de dinero.
"Lamento profundamente lo que hice. Tengo vergüenza y ojalá pudiera expresar en palabras lo que siento", dijo en inglés el ex banquero de 56 años, a la jueza federal de la corte de Brooklyn, Pamela Chen, a cargo del escándalo FIFA Gate.
Arzuaga contó a la jueza cómo desde dos bancos -primero en Buenos Aires y luego en Zurich- ayudaba a su cliente privado, Alejandro Burzaco a transferir dinero de coimas al entonces presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona y a otros funcionarios del fútbol, a cambio de contratos otorgados a su empresa. Burzaco dirigía la empresa de medios y marketing deportivo Torneos y Competencias en Argentina. Y también se ha declaró culpable en el marco del escándalo de sobornos.
Según la fiscalía estadounidense, Arzuaga ayudó a Burzaco a depositar más de 25 millones de dólares en sobornos para el presidente de AFA, Julio Grondona, a través de la apertura de una cuenta en nombre de una empresa fantasma cuyo beneficiario era el propio Grondona.
"Desde 2010 a 2014 acordé ayudar a Burzaco y a Torneos y Competencias a transmitir pagos al entonces presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, a sabiendas y de manera intencionada, a guardar dinero para el 'Funcionario del Fútbol Número Uno' que también era un vicepresidente senior de la FIFA", afirmó Arzuaga. El ¨Funcionario del fútbol Número Uno¨, fue la forma en la que eligió referirse a Julio Grondona.
"Lo siento. Lo siento profundamente", añadió el ex banquero de Credit Suisse y Julius Baer, al declararse culpable de conspiración para lavar dinero. Por ese delito puede recibir un máximo de 20 años de prisión.
El ex banquero explicó además que después del fallecimiento de Grondona a los 82 años en el año 2014, a pedido de Burzaco transfirió el dinero de su cuenta a sus herederos, y para hacer aparecer la transacción como legítima utilizó un contrato falso.
"Yo comprendía y creía que este dinero era dinero de sobornos", admitió el ex banquero. Y asumió que el sistema bancario estadounidense era utilizado para enviar y recibir dinero de sobornos. A cambio de su ayuda para hacer llegar los sobornos a sus destinatarios, Burzaco y Torneos pagaban millonarias comisiones a Arzuaga.
Por admitir su culpabilidad, en el marco de un acuerdo de colaboración con la fiscalía, Arzuaga acordó pagar 1.046.000 dólares al gobierno estadounidense. La misma cifra que recibió de Burzaco por su ayuda en transferir el dinero de las coimas. - Corrupción "extendida y sistemática".
"Esta declaración (de culpabilidad) muestra cuán extendida y sistemática era la corrupción en uno de los deportes más populares del mundo", dijo el jefe del FBI en Nueva York, William Sweeney, en un comunicado divulgado por la fiscalía del distrito este de Nueva York. "Nuestro trabajo no está ni cerca de estar terminado", dijo la fiscal.
"Estamos persiguiendo a los malos actores, incluidos jerarcas del fútbol, compañías de marketing deportivo, instituciones financieras y sus banqueros (...) Futuros banqueros y consejeros financieros deben tomar nota de la condena de Arzuaga y pensar dos veces en las consecuencias de conspirar para lavar dinero", alertó por su lado Richard Weber, jefe de investigaciones criminales de la oficina nacional de impuestos (IRS).
Arzuaga, quien fue arrestado en 2015, se declaró culpable de asociación para delinquir y otras ofensas y fue liberado bajo fianza tras firmar un acuerdo de colaboración con la justicia estadounidense. Su sentencia fue fijada para el 4 de enero próximo.