Dos Españas en Macedonia
Dos partes. El triunfo en Macedonia dejó un poso agridulce. Gustó la España que se vio en el primer tiempo, decidida y enérgica en cada uno de los pases. Suficiente para liquidar a Macedonia. No agradó, en cambio, su raquítica versión tras el descanso, descontrolada y sin vuelo.
Inicio arrollador. Estructurada bajo el timón creativo de Iniesta, Thiago, Silva e Isco, la Selección derribó el muro de pladur macedonio durante el primer acto. Una actuación autoritaria con picos de posesión del 87% y once jugadas de peligro en su haber.
Falso extremo. Angelovski planeó una especie de doble tapón con Tosevski y Ristovski en el ala izquierda española. No le sirvió de nada. El recorrido y la producción de Jordi Alba, señalado después con Ramos en el 1-2, desmontó su estrategia.
Apagón. No se explica lo sucedido en la reanudación. El equipo de Lopetegui reguló en demasía, careció de picante ofensivo y acabó por oxigenar a una Macedonia que se envalentonó con el gol. Estuvo cerca de estropearlo todo.
Un ciclón
Jordi Alba rompió desde atrás en el 1-0 y ofreció una línea de pase a Iniesta. Ristovski desatendió su función de seguir al lateral español.
Amplitud por banda
La defensa de cinco de Macedonia liberaba los costados. Isco y Silva lo entendieron. El malagueño puso la mecha del gol de Diego Costa.