UNICAJA 73 - REAL MADRID 76 (0-3)
El Madrid de Ayón abate al Unicaja y jugará su sexta final seguida
El Unicaja cayó 3-0, pero lo hizo de pie. Mostró todo su orgullo en un tercer duelo intensísimo. Gustavo Ayón hizo 10 puntos en casi 20 minutos de juego.
“No nos merecemos perder 3-0”, había repetido en las últimas horas Joan Plaza. Era un llamamiento al orgullo de su equipo, apelaba a que cada uno de sus jugadores tocara su límite para alargar la batalla. Logró lo primero; no lo segundo. Cayeron 3-0, pero lo hicieron de pie. El Madrid tuvo que abatir al rival para meterse en la final, la sexta consecutiva. Una racha que nunca había encadenado desde que existe el playoff. Y que ha conseguido con Pablo Laso en el banquillo. Lleva un impoluto seis de seis.
Los blancos mostraron más oficio en un espléndido último cuarto, que adecentaba el pobre espectáculo anterior en el que la pelea anuló al talento. Randolph fue una pieza fundamental en el desenlace, aunque no la única, después de firmar un arranque nefasto plagado de errores y de falta de concentración. Pero se reveló como la figura decisiva del triunfo. Cuatro tapones y, en la segunda parte, 11 de sus 13 puntos. Le arropó Doncic, con esa frescura para encarar el aro que le encumbra: 10 tantos, 8 de ellos en el último parcial, 7 rebotes y 3 asistencias. Y le arroparon también Llull, Ayón, Reyes... Fue el triunfo de un bloque acostumbrado a caminar por el alambre y que abraza el vértigo que paraliza a otros.
La amplia derrota en el segundo partido (101-72) había dejado críticas muy duras contra la plantilla del Unicaja. Actuación indigna, leímos. Y los jugadores salieron a lavar la imagen con todo lo que estuviera a su alcance. La puesta en escena tuvo más de querer que de poder, pero querían tanto que tomaron el mando: 33-31 al descanso pese a anotar solo cuatro canastas de dos (de 16 intentos), un pobre 25%. El Madrid quiso menos de inicio y podía tan poco como el rival. Necesitó diez triples para embocar el primero (Nocioni). Entre los dos, llegaron a agrupar un ridículo 6 de 31 en el tiro.
Carlos Suárez emergió en el segundo parcial con tres triples, luego Musli tuvo su momento y Eyenga (aguerrido marcaje a Carroll) el suyo... Sin Omic y con Nedovic tocado (“Renovaré”, promete), el Unicaja amenazó con rasgar el duelo: 52-43, minuto 29. Quedaban apenas 60 segundos para la bocina del tercer periodo, pero entre Randolph, Doncic y Taylor colocaron de nuevo al Real a uno: 52-51.
Escenario nuevo, partido blanco. Nedovic lo intentó sin el éxito que buscaba. Su equipo dominó el rebote (siete capturas más ofensivas), pero falló ¡47 lanzamientos! tras firmar un paupérrimo 30% en tiros de dos (12 de 40). Y aun así Suárez tuvo un intento de campo a campo para forzar la prórroga. Demasiado lejos, demasiado tarde.
El Madrid peleará por su tercera corona liguera consecutiva, algo que nadie alcanza desde hace veinte años. Y que el equipo blanco no consigue desde 1986, con Corbalán al timón. Y con el mejor Fernando Martín, justo antes de emprender la aventura NBA. Palabras mayores.