¿Por qué Honda tiene éxito en la IndyCar y patina en la Fórmula 1?
La marca japonesa vive una situación completamente diferente en ambas categorías. Fernando Alonso puede corroborarlo.
Desde hace tres años, existe una rutina que siempre se repite cada vez que Fernando Alonso sufre un problema con su McLaren Honda y que se ha acrecentado desde que el piloto español decidió competir en la Indy 500. Ya sea en una reunión familiar o en un grupo de WhatsApp con esos amigos amantes del mundo de motor, siempre existe una persona que recalca los contratiempos que Alonso sufre en la pista y pregunta contrariado si algún día terminará esta travesía por el desierto.
Sistema híbrido
A pesar de que en la Fórmula 1 y en la IndyCar utilizan motores V6 turboalimentados, la potencia en la Fórmula 1 es impulsada conjuntamente con una parte eléctrica de 163 CV que ha demostrado ser el gran problema de Honda. Los nipones volvieron en el segundo año de la era híbrida y se encontraron todos los problemas que el año anterior habían experimentado sus competidores.
Desarrollo limitado
Experiencia
Ayuda externa
El orgullo nipón ha sido una barrera que McLaren ha tenido que luchar duramente para tumbar. Mientras en la IndyCar los ingenieros japoneses no tienen tantos reparos en aceptar colaboraciones externas, en la Fórmula 1 solamente cuando los ingleses han amagado con romper la alianza, estos han aprobado que personas como Mario Illien les ayuden.
Información en pista
Cuatro años después, Honda tendrá un segundo equipo cliente más allá de McLaren. Un déficit de información en pista que ha lastrado en exceso el crecimiento del motor japonés. Una situación completamente diferente a la que viven en la Indycar, ya que disponen de hasta 18 coches en pista.
"Llegarán a donde quieren estar, pero en vez de tres años puede llevarles seis o siete". Con esta afirmación, Eric Boullier reconocía la dificultad que lleva padeciendo McLaren durante tres años para tratar de influenciar a Honda. Mientras llega ese momento en la Fórmula 1, Fernando Alonso y la Indy 500 nos recuerdan a los aficionados que Honda todavía saber cómo hacer un motor competitivo (11 de los 13 últimos ganadores de las 500 Millas de Indianápolis montaron propulsor Honda) y que por muy mal que esté la situación, siempre hay que creer en el poder de los sueños.