El retrovisor se inventó en las 500 Millas de Indianápolis
Ray Rannoun, el primer ganador de la prueba no encontró mecánico para vigilar a los otros coches y se colocó un espejo para verlos.
Siempre se habla de la trascendencia de los coches de carreras, de cómo las soluciones que se implantan en competición después se llevan a la práctica en los coches de calle. Pues bien lo más sencillo, lo más simple, quizá también algo de lo más importante, salió de las 500 Millas de Indianápolis, de la primera edición.
Fue el 30 de mayo de 1911. En aquella época era costumbre que un mecánico se colocara en la parte trasera del coche para vigilar a los coches que iban detrás o a los lados, pero Ray Rannoun, después ganador de la prueba, no encontró a nadie que quisiera hacerlo y para poder ver al resto de coches se le ocurrió colocar un espejo en la parte delantera del coche. Después de muchas deliberaciones le dieron permiso para disputar la prueba que acabó ganando desde la posición 28 de los entonces 40 participantes. Es, junto a Louis Meyer ( que salía 18º en 1936) el piloto que ha ganado desde la posición más retrasada. Tardó seis horas y cuarenta y dos minutos a un promedios de 74,602 millas/hora algo más de 120 km/h.
Actualmente todos los vehículos están obligados a disponer de dos retrovisores, aunque la mayoría de los coches tienen tres. Es obligatorio contar con el exterior izquierdo (el del lado del conductor) y con el central en el interior.