La Novena de Obradovic
El entrenador serbio iguala al Madrid en el palmarés en solo 22 ediciones y dirige a su primer título al Fenerbahçe. El primero también de un club turco. Udoh, MVP.
Empecemos esta vez por el perdedor, por el Olympiacos. Bravo. ¡Qué equipo! El mejor de la década, dos títulos y cuatro finales. Lo tenía todo en contra, y se agarró como pudo (44-40) a los trozos de madera que flotaban tras padecer de salida el huracán Fenerbahçe. El mismo que acabó con el Madrid también derribó a los griegos, aunque necesitara subir a fuerza cinco. Una intensidad mareante, como la del público.
Dos mates de Vesely, cuatro triples y un 2+1 de un completísimo Kalinic en ocho minutos desataban un torrente ofensivo en la batalla entre las dos mejores defensas de la Euroliga. Birch y Milutinov, dos torres ‘rojas’, replicaban. Corazón grande. Luego Mantzaris. Pero el baloncesto es ese deporte en el que juegan cinco contra cinco y casi siempre gana Zeljko Obradovic. Otra vez campeón de Europa, orgullo ahora de Turquía tras serlo antes de Grecia y de su Panathinaikos. Campeón, el técnico serbio, decimos, por novena vez en su Final Four número 16 en 22 ediciones (ha faltado a cuatro desde que debutara en la 91-92). Campeón con un quinto equipo de cuatro países diferentes: Partizán, Joventut, Madrid, PAO y ahora Fenerbahçe. El primer gran éxito colectivo turco a este nivel.
Día grande en Estambul, enorme para los 30 millones de seguidores que animan de Europa a Asia al ‘Fener’, como lo apodan. Y un MVP incuestionable, Ekpe Udoh (2,08 m y 30 años), en un bloque de rotación tan corta como modélica. El pívot, tras devastar al Real, repitió en la final. Jugador gigante, tipo listo. No sumó canastas cerca del aro (una y 10 puntos) pero se infló a forzar faltas (8 de 10 desde la línea), a rebotear (9), a asistir (4) y… a taponar (5). Lo suyo con la intimidación es puro vicio.
Solidez, cimientos de hormigón armado para un Fenerbahçe que tiene múltiples caras, aunque todas parten de una gran defensa y ataques eficientes. No pierde el control. Puede poner al ‘jugón’ Dixon al timón, o tirar del ‘cerebral’ Sloukas, jugar solo con un grande o con Kalinic y Datome de aleros junto a Udoh y Vesely (más de 2,05 de media). Lo vimos cuando el italiano Datome rompía en el tercer cuarto y se cortaba la culpa.
Un abanico ejemplar de recursos. Como los de Kalinic, ‘chico para todo’, capaz de actuar de alero, de pívot y hasta de escolta, de bailar con la fea atrás y de meter desde donde antes no metía: 12 de 20 en triples entre los cuartos y la Final Four. Trabajo. El quinto de la fase liguera es el indiscutible campeón de Europa. El mejor cuando tocaba, ¿se lo habrá enseñado Obradovic? Y a su lado, un español, Josep María Izquierdo.