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BARCELONA

La gestión de la generación del 87 inquieta a Bartomeu

Subidos a la treintena, el presidente del Barça considera clave que el nuevo técnico gestione bien sus descansos y su influencia.

Barcelona
Piqué, Suárez y Messi conversan durante un entrenamiento del Barcelona.
Rodolfo MolinaDIARIO AS

Pocos reparan en el asunto, pero es uno de los que más inquietan a la directiva del Barça, que lo reconoce aunque sea off the record. Cómo gestionar la entrada en la treintena de la generación del 87, formada por tres pesos pesados (Piqué, Suárez y Messi) y la aparición en su umbral de otros como Sergio Busquets e Ivan Rakitic, aún jóvenes pero nacidos en 1988 y también con muchos kilómetros en las piernas.

Sea o no finalmente Valverde el entrenador como todo apunta, Josep Maria Bartomeu y su círculo de confianza consideran primordial orientar bien al nuevo entrenador en la manera de operar con ese núcleo duro de jugadores que tienen un peso específico gigante en el vestuario y que ya han firmado, o lo harán en breve, la renovación de sus contratos. De su rendimiento deportivo y la buena atmósfera que generen en la caseta dependerá el futuro deportivo del Barcelona en los próximos años. Suárez renovó su contrato este año hasta 2021 (cláusula de 200 millones). Tendrá entonces 34 años. Messi lo hará en pocas fechas hasta 2022. Mientras, Gerard Piqué negociará su ampliación la próxima temporada. Por cierto, no será sencilla. El club les considera básicos a los tres además de a Busquets y Rakitic, que como Suárez ampliaron su contrato hasta 2021.

Con Iniesta y Mascherano en la recta final de sus carreras y sin haber definido todavía si seguirán la próxima temporada, el Barça renovará en breve su cuerpo de capitanes. En la nueva remesa, salvo nueva sorpresa como en la última elección, ya entrará Piqué, nexo de unión en el vestuario entre el tridente y el grupo nacional y que, pese a alguna frivolidad en sus actuaciones y ciertas declaraciones extemporáneas, ya es una influencia seria fuera y dentro del vestuario.

Pero el asunto no es únicamente extrafutbolístico. Piqué , por ejemplo, lleva más de 500 partidos oficiales ya en su carrera. Qué decir de Messi, en lo más alto desde el año 2004. O Suárez, Busquets y Rakitic. Como estrellas, jugadores exprimidos desde sus primeros días como profesionales. El Barça considera que habrá que cuidar su rendimiento a partir de la próxima temporada. Eso significa jugar menos partidos. Y significa hacérselo entender. Cómo trabajar eso ante jugadores como Messi y Suárez, obsesionados por jugar cada partido, no será tarea fácil y pertenece al nuevo entrenador. Valverde, si finalmente firma, estará obligado a hacerles entender que los descansos, más aún en año de Mundial, serán básicos para conservar su esplendor más años. En los tiempos que corren, es todo menos un asunto menor.

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