Uno por uno: Objetivo cumplido
Le valía el empate y se lo encontró en una jugada a balón parado. El equipo acusó en exceso el golpe y el desgaste de la Champions y se dejó ir ante un Betis mejor.
Oblak. Un Atlético desconocido en cuanto a intensidad en la primera parte propició que viera rondar la pelota con asiduidad por sus dominios. Lo negoció casi siempre bien hasta que en el 56’ no respondió con presteza a una volea de Ceballos desde fuera del área. Es cierto que Savic metió la cabeza y le restó visión, pero se dejó sorprender. En el 72’ salvó los muebles primero con una mano a Cejudo y, después, otra a Navarro.
Giménez. Su peor partido en el lateral derecho y Carrasco no le ayudó precisamente. Sorprendido por algún pase interior y casi nada operativo en campo rival. Entre Jonas, Durmisi y Ceballos se turnaron para buscarle las vueltas. Además, en el 41’ vio la quinta tarjeta por tocar el balón con la mano en el área rival.
Savic. Le costó descifrar los movimientos de Rubén Castro. En el 10’ el delantero le sacó de posición y la jugada a punto termina en gol, pero Joaquín no acertó. El Betis le dejaba sacar la pelota jugada sabiendo, evidentemente, que no es su fuerte. El centro del campo no trabajó como otras tardes y se vio a un montenegrino más estresado ante la mayor fortaleza de los ataques rivales. Eso sí, estuvo listo en el área bética para llegar antes que nadie y empujar la pelota del empate.
Lucas. Irregular. Contagiado por el equipo, no transmitió la solidez de otros partidos. Álvarez izquierdo le perdonó la tarjeta al frenar una peligrosa internada de Joaquín en la primera parte. Los tres puntas que puso Alexis le pusieron en dificultades.
Filipe. Tímido, sin chispa e impreciso en campo rival. Fue una tarde muy gris la del brasileño que ha llegado con lo justo al final de la temporada. Además vio la tarjeta y se perderá el partido de despedida del Calderón.
Carrasco. No hubo noticias de él durante la primera media hora, cuando ocupaba la derecha. Indolente con y sin balón. En 31’ intentó una pared con Griezmann y Simeone le cambió al otro lado. Fue ahí algo más incisivo, pero demasiado preocupado por protestarle al árbitro más que por jugar. No intentó ni un solo regate durante el primer acto. En la reanudación salió algo más centrado, buscando su jugada favorita a pierna cambiada, pero sólo reseñar un tímido disparo que atrapó Adán.
Gabi. Superado por una medular bética móvil y más fresca. Le costó encontrar un pase limpio para romper líneas y llegaba casi siempre tarde para amenazar la precisa circulación de la pelota de los andaluces. El Betis alargaba las posesiones y terminaba las jugadas sin que ni él ni Saúl ni Koke pudieran robar para contragolpear.
Griezmann. Intentó acelerar el juego colchonero en ataque bajando constantemente a recibir y moviéndose por los costados. Pero le faltó claridad y acompañamiento. Perdido en cabalgadas a ninguna parte, sin apoyos, Simeone decidió guardarlo para el último partido.
Gameiro. Salió con ganas de encontrar el desmarque que dañara a la defensa bética, pero después de esos primeros minutos se apagó. Lejos del área y del juego, sin presencia que inquietara al Betis. En la misma línea de los últimos partidos. Fue sustituido.
Gaitán. Salió para pegarse a la derecha, la posición donde menos le gusta actuar. Las posesiones béticas eran largas y apenas entró en contacto con la pelota para poder ofrecerle algo más al Atlético.
Fernando Torres. Saltó al campo por Gameiro y Simeone cambió el dibujo, dejándole solo en el frente del ataque. Su presencia tampoco cambió la tónica y no tuvo la oportunidad de rematar a portería.
Thomas. Simeone ajustó de nuevo a defensa de cuatro con la entrada del ghanés, poniéndole como lateral derecho pensando en el partido frente al Athletic. Agresivo, con ganas de irse hacia arriba y muy sereno. Dio aire al equipo.