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Jacksonville Jaguars

La extraña relación entre Branden Albert y los Jaguars

El equipo aún no ha tenido contacto con el jugador desde que mandó una séptima ronda del draft de 2018 a los Miami Dolphins para hacerse con él.

La extraña relación entre Branden Albert y los Jaguars

Perdonadme si no acabo de entender la relación entre Branden Albert y los Jacksonville Jaguars. No es que sea yo muy espabilado, ya lo sé, pero estaréis conmigo en que no nos lo están poniendo fácil.

Resulta que el equipo y el jugador no han hablado desde que comenzó de manera oficial esta temporada 2017, allá a principios de marzo. En el primer día de la agencia libre los Jaguars mandaron una séptima ronda del draft del año que viene a los Miami Dolphins para hacerse con el contrato de Albert. En un principio pareció que el movimiento estaba atado al traspaso de Julius Thomas, también entre las dos franquicias pero en sentido inverso, de Jacksonville a Miami, pero problemas en esa segunda parte de la operación dejaron lo de Dolphins-Albert-Jaguars en esa sencilla séptima ronda de 2018.

Antes de ejecutar el traspaso, el left tackle se pasó un par de veces por las oficinas de los Jaguars. Habló con el entrenador Doug Marrone, y con el general manager, Dave Caldwell, y todo bien, todo en orden, vamos a ello y a ganar la Super Bowl, etc.

El problema es que desde aquel día la comunicación es cero. Nada. Ni una llamada de teléfono. Brandon Albert ha decidido no aparecer por los entrenamientos voluntarios que ha llevado a cabo el equipo, algo para lo que tiene todo el derecho, y así se lo han reconocido sin asteriscos tanto Caldwell como Marrone, pero ha llevado más allá su protesta al ni siquiera mandarles una carita sonriente, una flamenca, o un montón de caca del whatsapp.

¿Y por qué? Pues al parecer porque quiere un nuevo contrato, y aquí es donde se complica el asunto al punto de volverse absurdo.

Albert cuenta ya 32 primaveras y aún tiene dos años de contrato, a razón de 8,9 millones de dólares en 2017 y 9,6 en 2018. Nada garantizado, por supuesto, ya que eso (25 millones de dólares) ya lo cobró en Miami. Y, además, tiene 32 años. No ha jugado ninguna temporada completa desde 2011 y, aunque sin duda en 2016 fue una de las claves de la mejora enorme de la parte izquierda de la OL de los Dolphins, asunto que me parece crucial para su llegada a los playoffs, no es el jugador más fiable del mundo.

¿De verdad cree que puede conseguir un nuevo contrato? Es obvio que no. Ni por lo que se ha pagado por él, la simbólica séptima ronda, ni por lo que se le adeuda, 18,5 millones de dólares, ni por la estructura, nada garantizado y cero dólares de dinero muerto para los Jaguars, tiene la más mínima capacidad de negociación.

Si que tiene la capacidad de enfadar mucho a la organización y, quizás por eso, supongo que entre otras cosas, subieron en la segunda del draft pasado para escoger a Cam Robinson, también left tackle. No van a cortar a Albert, algo que probablemente el jugador contemplaría como positivo para negociar un nuevo contrato en otro sitio, y van a esperar a que llegue la parte obligatoria de entrenamientos para ver si llega en forma, algo que es esencial para todos los jugadores si no quieren empezar a perder dinero.

Entonces todo volverá a la normalidad, supongo, pero de momento tenemos un jugador sin ningún poder de negociación haciendo huelga hasta de teléfonos caídos, y una franquicia que ha invertido en dos left tackles en una misma offseason. Esto muy normal no es, que digamos.