Ya es algo habitual escribir estas líneas: LeBron James jugará la final de la Conferencia Este. Es la novena vez en su carrera que llega hasta este punto de la temporada, la séptima seguida. Desde que en 2011 fichase por Miami Heat no ha parado. Cuatro en South Beach y ahora tres en los Cavaliers después de su I'm coming home de 2014. Y lo ha vuelto a hacer al barrer 4-0 a unos Toronto Raptors que hincaron la rodilla ante uno de los mejores jugadores de siempre. El equipo de Canadá estuvo mejor que en los tres partidos anteriores. Más serio, con algo más de fortuna en el tiro, puso en apuros a los Cavs a mediados del cuarto periodo. Pero nada. Se abrasó frente a James e Irving. Ambos avanzan un peldaño más en esta postemporada en la que aún no conocen la derrota: 8-0 de parcial, 11-0 si sumamos las tres victorias que les dio el título el pasado año. Nadie había comenzado dos postemporadas seguidas de esa forma. Nadie desde los Lakers de 2001 había enlazado once triunfos seguidos. Estos son parte de los números, pero todavía hay más. Mucho más.