Las Palmas abrirá expediente a Setién por acto de indisciplina
El entrenador y su cuerpo técnico abandonaron la concentración tras la derrota ante el Sporting para comer con unos amigos, incumpliendo el código interno del club.
La relación entre el técnico Quique Setién y la Unión Deportiva Las Palmas va de mal en peor. Ya no es cuestión de que malos resultados erosionen la relación y de que el ambiente entre las partes se haga más y más irrespirable cada minuto que pasa; ahora se ha pasado la raya de la falta de respeto hacia el club, se entiende desde las altas esferas del representativo insular.
Todo ocurrió una vez finalizado el partido ante el Sporting de Gijón en El Molinón, el sábado pasado, donde Setién, su segundo entrenador, Eder Sarabia, y el preparador físico Fran Soto deciden, de manera unilateral, abandonar la concentración. El preparador cántabro decide comunicarle al capitán David García y al jefe de producción de los amarillos, Rubén Fontes, que no irían en la guagua con el resto de la expedición y que tampoco comerían con el equipo en el hotel de concentración para irse a comer con unos amigos, no con familiares, como el entrenador ha tratado de explicar posteriormente para intentar minimizar el impacto de su acción visto el revuelo que se había montado. Y todo a pesar de que la regla no escrita dice que cuando se pierde no se suelen dar permisos…
Las normas de régimen interno de la Unión Deportiva Las Palmas y de la mayoría de entidades profesionales del fútbol español dictaminan que el entrenador es el responsable de todo lo concerniente a los profesionales desplazados pero que cualquier contingencia fuera de ese terreno o que no tenga que ver con lo meramente deportivo debe ser consultada al jefe de expedición. En este desplazamiento, como en la mayoría de partidos de esta campaña, el vicepresidente Nicolás Ortega acompañó al equipo, estando también presente el secretario técnico Luis Helguera.
Cuando ambos se enteraron de que el entrenador no les había comunicado su decisión de no acompañar al equipo la sorpresa fue mayúscula al sentirse totalmente desautorizados por un entrenador que en ocasiones anteriores sí había pedido permiso al directivo amarillo para poder abandonar la concentración. Ortega telefoneó inmediatamente a Setién para mostrarle su descontento al entender que no había obrado con corrección, profesionalidad ni con el mismo respeto que se le está dispensando desde la Unión Deportiva.
A pesar de la posterior disculpa del preparador amarillo a Ortega, la dirección deportiva trasladará en las próximas horas al consejo de administración de la entidad un expediente informativo con petición de sanción para Setién y sus colaboradores al haber infringido de manera deliberada el código de régimen interno y entenderse que les está echando un pulso al saber que no van a ser cesados pase lo que pase y pese a la pésima imagen que está mostrando el equipo desde hace semanas.
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