Transición en Granada: Kovacic, James y Morata
Al escaparate. Granada avistará el retorno del llamado Madrid B. La frescura futbolística que se reconoce en la segunda unidad blanca tiene efecto directo en el registro estadístico. En su triunfal paso por Leganés, Gijón y La Coruña mejoró las medias acumuladas por el Madrid en la Liga esta temporada: 4,2 goles (2,7 de promedio), 19,3 remates (17,7), 586 pases (533) y 69 recuperaciones (60). Suplentes que en realidad no ejercen como tales.
Viveza. Precisa el conjunto de Zidane de fluidez y velocidad en la circulación de balón. Lo tuvo en Riazor, con Kovacic como primer gestor (sólo tres errores en la entrega ante el Deportivo) e Isco y James como transportadores de linaje (participaron directamente en cuatro de los seis goles). El porte físico de la medular del Granada, con jugadores como Uche o Angban, apremiará al Madrid a asociarse en pocos toques para no favorecer la presión local. Si entrase Casemiro e Isco esperara en el banquillo, Kovacic actuaría de interior.
Uno contra uno. Parece manifiesta la superioridad de Lucas Vázquez, punzante en la jugada del 3-0 definitivo al Atlético, sobre Gastón Silva. El uruguayo es un central que está haciendo las veces de lateral zurdo. Colecciona virtudes como la colocación o anticipación, pero padece graves contratiempos cuando debe afrontar duelos con extremos clásicos que manejan el regate y el centro. El desequilibrio de Lucas, que ya ha superado esta campaña su récord de asistencias (nueve), es otro recurso para el Madrid.
Desarmado. El decaimiento del Granada se puede explicar desde diferentes perspectivas. Una de las más significativas se asienta en su vulnerabilidad defensiva. Ha encajado 74 goles (sólo Osasuna presenta peores números) y recibe más de 15 remates por encuentro. Hongla e Ingason, teóricos centrales titulares, pierden con relativa facilidad las marcas. Se enfrentan a una responsabilidad delicada por la movilidad continua de un Morata encendido (cinco goles y dos asistencias en cuatro encuentros).
Trama ofensiva. Apenas se contemplan argumentos notorios en el ataque del Granada. Únicamente ha marcado cuatro goles en los últimos diez partidos. Aun así, el consumado descenso puede servirle de liberación. Adrián Ramos, delantero de rango, debe estar bajo la supervisión de Nacho y Sergio Ramos. Jugador de desmarque y peligroso con metros.
Danilo y Coentrao. Reaparecerán en los laterales y eso siempre genera cierto runrún por la incertidumbre de sus prestaciones. Danilo ganó crédito en El Molinón y en Riazor y el portugués, con apenas 207 minutos este curso, no desentonó ante el Sporting. Puede ser su último partido con el Madrid. El Granada se desplegará por los costados y evaluará su fiabilidad, en constante fiscalización.