Parker, eclipsado: se juega el título pesado sin expectación
El neozelandés pondrá en juego por primera vez su título mundial de los pesados WBO ante Razvan Cojanu. Su pelea, de nuevo, no tiene tirón mediático.Canelo Álvarez, positivo en clembuterol
En el boxeo el carisma y la expectación es algo que se gana sobre el ring en todos los pesos, pero en la categoría de los pesados cualquier combate suscita interés por su naturaleza. Dos grandes moles, por encima de los 100 kilos, que se baten el cobre entre cañonazos. El menú gusta y tras la exhibición entre Joshua y Klitschko en Wembley, más. O eso se cree, porque Joseph Parker (22-0, 18 KO) campeón mundial de los grandes pesos por la Organización Mundial de Boxeo (WBO, en inglés), vuelve a jugarse un título mundial ensombrecido por muchos factores y sin levantar expectación.
El neozelandés ganó su cetro el 10 de diciembre al ganar al también invicto Andy Ruiz. Sobre el papel la pelea no llamaba mucho, sobre el tapiz lo hizo menos. Pese a ello, Parker se hizo con el cinturón. El pleito fue un gran evento en Nueva Zelanda, que volvía a tener un campeón más de 40 años después, pero fuera del país la expectación fue casi nula, siendo una mera anécdota al ser el primer campeón en esa organización tras la renuncia a sus cinturones de Tyson Fury. Además, ese día se anunció el pleito entre Joshua y Klitschko, lo que ensombreció todavía más el combate.
Parker no se desanimó y miró al futuro, quería encandilar al público y el combate idóneo era su primera defensa. La WBO le impuso una pelea con otro invicto, Hughie Fury (20-0, 10 KO). De nuevo, con un estilo poco llamativo por ambas partes no suscitaba interés, pero que el primo del excampeón pudiese ganar su título sí motivaba a los fans. Todo estaba preparado, para que se midiesen en una fecha donde nadie les eclipsase, el 1 de abril. Aunque una lesión del británico retrasó todo al 6 de mayo, mismo día que se disputa el Canelo vs Chávez. Al no coincidir en hora no parecía un problema.
Todo cambió con la segunda lesión de Fury, extremo que Parker no se cree, y buscó una defensa voluntaria. Razvan Cojanu (14º del ranking WBO) recogió el guante. El combate pasó de ‘apetecible’ a ‘obviable’, incluso en Nueva Zelanda, lo que llevó a los organizadores a cambiar el recinto para el evento a uno de mucha menor capacidad (diez mil personas menos). Ese cambio, sumado al gran espectáculo de Wembley y el poco carisma que todavía tiene Parker ha hecho, que como le ocurrió en su segunda defensa, Parker sea un falso campeón para muchos.
Cojanu, molesto con la prensa de Nueva Zelanda
Nunca llueve a gusto de todos, y en este combate parece que no lo hace para ninguno. Parker está molesto por tanto retraso y cambio de última hora. Sabe que debe ganar a Cojanu, aunque no lucirá debido a la poca entidad de su rival, por lo que se le seguirá achacando que nunca se ha enfrentado a un rival de envergara. Por ello, la promoción de la velada ha pasado a ser un trámite para él y su equipo, pensando ya en un futuro combate que le pueda colocar en la primera plana mundial.
Ese hecho, sumado al gran papel de perdedor que le coloca la prensa neozelandesa, ha escocido a Cojanu, quien se encuentra muy molesto por el trato recibido. El rumano atacó a los periodistas a su llegada a Nueva Zelanda “deben ir a entrenar una o dos veces conmigo, nadie me ha regalado nada”, espetó. Pese a ello, el combate parece placido para Parker, quien sin una pegada descomunal podría usar la misma táctica conservadora que ante Ruiz, buscando puntuar sin arriesgarse para retener su cetro.