El derbi barcelonés pudo cambiar cerca de la media hora de partido, cuando el Espanyol reclamó un penalti por mano de Gerard Piqué que Undiano Mallenco no señaló.
Fue en una jugada rápida, acelerada por Pablo Piatti en una carrera por el costado izquierdo. Allí, con el balón controlado, levantó la cabeza y centró al área, donde Piqué rechazó la pelota en dos toques.
Pese a que los hombres de Quique Sánchez Flores pidieron pena máxima, el árbitro no pitó, acertando en su decisión porque la pelota da en el brazo de Piqué después de tocar en el estómago.