Ministro en tiempos de pactos
Que un ministro de Deportes no haya visto el Clásico Real Madrid-Barcelona suena, de entrada, bastante raro. Pero si luego ahondas un poco más en el currículo y en las preferencias de Íñigo Méndez de Vigo, la sorpresa decrece. El ministro, que también es portavoz del Gobierno, seguía a esa misma hora en directo los resultados de las Elecciones de Francia. La política internacional y la Unión Europea marcan la andadura de este gestor de 61 años. Y de ahí emanan algunas de sus ideas para el deporte, como sus propuestas de que los países comunitarios luzcan la bandera de la UE en los Juegos Olímpicos y de que la final de la Champions se celebre en el Día de Europa. Ese europeísmo también le ha habituado a llegar a pactos para todo, a puntos de encuentro, según nos contó ayer durante su visita a AS.
También nos contó que, en un ministerio tan amplio como Educación, Cultura y Deportes, combate sus posibles lagunas “apoyado en un gran equipo”. A su llegada, en ese equipo estaba Miguel Cardenal, de quien destacó su gestión. Pero Cardenal andaba enfrentado a Alejandro Blanco y a Ángel María Villar, cada vez más alejados y cada vez con más adeptos reclutados en dos amplios bandos. En esta legislatura sin mayorías, donde es imprescindible el diálogo y los acuerdos, le encajaba más otro perfil. Ahí entró en juego José Ramón Lete, que ha normalizado relaciones. De ese espíritu pactista dependen ahora igualmente los Presupuestos del Estado. Y de su aprobación están pendientes las Federaciones, amenazadas por una rebaja del 20%. Son tiempos de pactos. También para el deporte.